tag:blogger.com,1999:blog-56223668800875583802024-03-13T22:12:06.459+01:00Luz y OscuridadLily Cole vive una vida normal, pero tras un accidente, despierta en un mundo totalmente nuevo, dividido en Luz y Oscuridad, donde ella es la nueva reina de la Luz. Deberá luchar contra la Oscuridad y contra su rey Dominic, a la vez que busca la manera de volver a casa. Pero como ocurre siempre, los buenos no siempre son tan buenos, y los malos, no siempre son tan malos.Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.comBlogger15125tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-45789378319506664732012-03-14T18:23:00.000+01:002012-03-14T18:23:23.530+01:00Capítulo 10. Visita a Mens.<div class="MsoNoSpacing"><i>“Ya he contado treinta días desde que estoy aquí. Azalea sigue fría conmigo, pero a veces se le escapan cosas de su pasado. El Consejo no la quiere por sus ideas. Su padre era el anterior representante del desierto, y había muerto un año atrás. Aunque las ideas de Azalea y él eran muy diferentes, su padre la había elegido, pues consideraba que sería mejor que nadie en el puesto. Los demás no pensaban tan bien.</i></div><div class="MsoNoSpacing"><i>Hoy voy a salir a la calle.”</i></div><div class="MsoNoSpacing"><i><br />
</i></div><div class="MsoNoSpacing">Cerré el diario y lo volví a esconder. Recordé la conversación con Azalea el día anterior, cuando me había contado aquello.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Por qué? – la pregunté yo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No les gusta que yo les reste poder haciendo esto. Enseñarte – matizó. </div><div class="MsoNoSpacing">Creé una pequeña bola de luz entre mis manos, no más grande que una canica y Azalea me observó. Recientemente había aprendido a hacer aquello. Pasaba las horas muertas practicando. Azalea me había aconsejado concentrarme en el cristal. Sentir su energía, su bienestar, y transformarlo en luz. Poco a poco había conseguido que mis manos se iluminaran, para más tarde concentrar esa luz en una pequeña esfera. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Inconscientemente había vuelto a crear esa esfera cuando Azalea llegó. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Será un buen truco para convencer a los aldeanos de que no eres un fraude tan grande como todos creen – comentó.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Creen que soy un fraude? – pregunté asustada.</div><div class="MsoNoSpacing"> - En realidad no. Desean ver a su reina. Me temo que el paseo de hoy no será nada pacífico. Te tirarán de los ropajes, querrán que les abraces, gritarán tu nombre, se abalanzarán sobre ti…Es la primera vez que verás gente real, no solo dibujos como yo te he enseñado. ¿Estás preparada? </div><div class="MsoNoSpacing"> Asentí, aunque tampoco demasiado segura. Sí, había visto gente real, los miembros del Consejo, que representaban bien toda la variedad de la Región, pero Azalea opinaba que el shock iba a ser fuerte para mí. Sacó un pequeño puñal del bolsillo de su túnica y me lo entregó.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Corta un trozo del Cristal – ordenó.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Cómo? – cogí el puñal desconcertada. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Córtalo. Necesitas un trozo de él contigo, pero sólo tú puedes manipularle. </div><div class="MsoNoSpacing">Me acerqué al Cristal aún algo asustada, temiendo que el puñal resbalara de mis manos. Al poner una mano sobre el Cristal sentí toda la energía atravesándome, recorriendo mi cuerpo y llenándome de vitalidad. Corté un trozo, el puñal se hundió como si fuera carne. En cuanto aparté el trozo cortado, el Cristal se regeneró. Pude ver en los ojos de Azalea el respeto, la adoración. Yo seguía teniendo la impresión de que adoraba más al Cristal que a mí. </div><div class="MsoNoSpacing">Azalea me alcanzó un cordón y lo até al pedazo del Cristal para colgármelo al cuello después. Con ello rozando mi piel, transmitiéndome la energía, me sentía más segura que antes. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Los nervios apenas afloraron cuando crucé el pasillo enorme y lleno de puertas, para, por primera vez, bajar las escaleras del palacio hasta el piso inferior. Por todas partes sirvientes de todas las características esperaban a los lados, admirándome, palideciendo, mirándome como si fuera una diosa. Empecé a sentirme algo incómoda. Azalea se paró en la última sala, delante de la puerta principal. Se habían ocupado de mantener a todo el mundo lejos del castillo, la oí comentar con una de las personas que esperaban por allí. Me sonaba de algo, pero no conseguí saber de qué. Era un muchacho joven, de veintipocos años. Detrás de mí apareció Zamir, y acudió junto con Azalea y el joven. De pronto lo entendí. El muchacho era parecidísimo a Zamir. Tenía su misma complexión atlética, cuerpo de guerrero y actitud seria. </div><div class="MsoNoSpacing">Sin saber qué hacer me acerqué hasta ellos y los dos hombres me dedicaron una reverencia.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Paz, Majestad. Me presento, soy Dinis. Soy el tercer jefe del Ejército Supremo. El honor de veros de cerca de los primeros es enorme. Confío en que sabréis llevar la Región adecuadamente. Algunos de mis hombres se encargarán de vuestra seguridad y evitarán cualquier altercado. </div><div class="MsoNoSpacing"> Asentí, como llevaba haciendo desde que llegué a todos los tratos especiales. Azalea se despidió de ellos y me llevó consigo justo enfrente de la puerta.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Zamir y Dinis son hermanos – me dijo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Suponía que serían familia – respondí.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Es algo que debes aprender – dijo con seriedad – Aquí es muy importante ser hijo de alguien, hermano de alguien o amigo de alguien. Yo misma estoy aquí por mi padre. No digo que Dinis no se merezca su puesto, pero sería un mero soldado si no fuera hermano de quién es. Mucho cuidado con la gente que se te acerca. Personal, soldados, jefes, incluso sabios del Consejo, todos quieren sacar provecho y creen que acercándose a ti conseguirán un trato de favor. Unos lameculos que te tratan bien, pero como ya te he insistido, sólo quieren gobernar por ti. </div><div class="MsoNoSpacing"> Azalea se calló repentinamente, Dinis volvía a acercarse.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Abriremos las puertas en breves. Un carruaje está esperándoos fuera. Vos, Majestad, y la sabia Azalea iréis en dicho carruaje, sin nadie más que os moleste. Nos aseguraremos de su seguridad, nadie podrá acercarse. Iremos hasta Mens, y si vos lo deseáis, podréis bajaros a pie para conocer las calles. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Ya veremos, Dinis – respondió Azalea con sequedad. </div><div class="MsoNoSpacing">Las enormes puertas, de varios metros, se abrieron. Pese a llevar días metida en un cuarto de grandes ventanales y paredes blancas, la claridad me hizo entrecerrar los ojos. El aire fresco me revolvió el pelo cuidadosamente recogido y el vestido impoluto. Un enorme jardín me esperaba fuera, y a unos pocos metros, un precioso carruaje de los colores habituales, blanco y dorado. De él tiraban dos extraños caballos blancos, con la cabeza ancha y la crin muy abundante. </div><div class="MsoNoSpacing">El apuesto y joven carretero, ataviado para la ocasión, esperaba para abrir la puerta. Con paso tembloroso y gracias al pequeño empujón de Azalea empecé a andar hacia él. Podía ver las tierras que se extendían hasta el horizonte, el cúmulo de casas que formaban la ciudad a la que me dirigía, y todo el frondoso bosque que la rodeaba.</div><div class="MsoNoSpacing">Supuse que Dinis y sus hombres habían mantenido a la gente alejada de allí, pues no había nadie más. Azalea subió detrás de mí y el carretero cerró la puerta. Sentía los nervios en mi estómago, y me atreví a asomarme tras las cortinas de una de las ventanas dentro del carruaje. Estábamos bajando por un camino serpenteante, y sólo podía ver los árboles y la vegetación del bosque. </div><div class="MsoNoSpacing">Pasados unos minutos empecé a oír el murmullo de la gente, y mis nervios aumentaron. Azalea me miró para asegurarse de que estaba bien y asentí. A esas alturas del camino los hombres del Ejército Supremo ya nos acompañaban de cerca. </div><div class="MsoNoSpacing">Volví a asomarme con cuidado. Estábamos en las afueras, y contemplé maravillada las primeras casas. Muchas de ellas estaban rodeadas de enormes piscinas, y otras apenas se adivinaban debajo de lianas y plantas que las rodeaban. Entre el cordón de hombres que rodeaban el carruaje, que ya iba a poca velocidad, la gente se asomaba, curiosa, intentando verme. </div><div class="MsoNoSpacing">Volví a esconderme y suspiré mientras intentaba que mis manos dejaran de temblar. Azalea no intentaba tranquilizarme, sino que estaba sumida en sus pensamientos. </div><div class="MsoNoSpacing">Nos adentrábamos más y más y el gentío aumentaba. Por fin, Azalea me miró.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Vas a salir?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Creo…creo que sí – respondí. Mi miedo era grande, pero sabía que luego me arrepentiría. Después de tanto tiempo metida en el castillo, sin ver apenas a nadie, acompañada por mis pensamientos, mis penas y el diario, necesitaba salir, ver la calle. Aunque fuera una calle que yo apenas conocía. </div><div class="MsoNoSpacing"> Poco después el carruaje frenó, y Azalea salió a hablar con el carretero. Después volvió a entrar.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Puedes salir cuando te anunciemos. Daremos un paseo por la plaza. </div><div class="MsoNoSpacing">Salió de nuevo y me quedé esperando un par de minutos. Sin abrir demasiado las cortinas, vi como los soldados apartaban a la enorme aglomeración de gente y les obligaban a echarse para atrás. Pensé que quizás no había sido buena idea querer salir, pero ya no podía echarme atrás.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Ciudad de Mens! – gritó alguien, y reconocí la voz de Zamir. Se hizo el silencio ante las palabras del sabio y jefe del Ejército – Hoy es un día grande. Hoy, la reina Lilian visitará por primera vez sus tierras, verá a sus habitantes de cerca y conocerá la riqueza que poseemos. Nos esperan buenos tiempos. Dadle la bienvenida que se merece a la nueva reina. </div><div class="MsoNoSpacing">Oí como se abría la puerta del carruaje y me puse de pie alisándome el vestido. Alguien apartó la fina cortina que me apartaba del resto de la plaza. Con los pies temblorosos, bajé las pocas escaleras que me separaban del suelo. La luz me dio en la cara y me hizo entrecerrar los ojos. </div><div class="MsoNoSpacing">Todo el mundo vitoreó y yo intentaba mirar a mi alrededor. De repente, ocurrió. Fue demasiado deprisa.</div><div class="MsoNoSpacing">El silbido de una flecha, a mi izquierda, y después el pánico. La pierna derecha de Zamir había sido atravesada por la flecha, y él había caído al suelo gritando de dolor. Por lo menos treinta soldados se abalanzaron sobre mí y me rodearon, dejándome poco espacio para ver lo ocurrido. </div><div class="MsoNoSpacing">Rápidos como la flecha que había atravesado a su superior, sacaron sus propios arcos, espadas y todo tipo de armas. </div><div class="MsoNoSpacing">La gente corría en todas direcciones para ponerse a salvo. Los soldados buscaban al arquero sin éxito, pero caían uno tras otro heridos de flecha. Aquello no era una persona, eran muchas. </div><div class="MsoNoSpacing">Figuras con capas negras y capuchas con bordes de pelo aparecían por todos lados. Detrás de las casas, entre la gente. Busqué a Azalea con la mirada, pero no pude encontrarla. Los soldados a mi alrededor siguieron cayendo. Se formaban huecos, el perfecto círculo que habían formado a mí alrededor se desmoronaba. Localicé a Azalea entre la batalla, y corrí hacia ella. Un soldado intentó impedírmelo y tropecé, quedándome a los pies de una nueva figura encapuchada. Ésta se quitó de encima al soldado y me agarró del pelo, levantándome. Inconscientemente, levanté la cabeza para verle. Sólo pude ver su cara un instante. Era una mujer joven, con unos enormes ojos azules. De pronto, sin más, me quedé ciega. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">¡Hola! Soy Sara, y vengo con nuevas novedades. Me temo que mi tardanza en subir capítulos seguiría siendo habitual, y esta vez no voy a deciros que tardaré poco. Estas semanas voy a estar más ocupada aún de lo normal, así que no podré escribir nada. Estaré un tiempo ( 15 días como muy poco ) sin subir capítulos, para ir avanzando y escribir unos cuantos. En vez de ir escribiendo y subiendo, escribiré unos cuantos capítulos y después los subiré. Espero que podáis perdonarme, creo que esto es lo mejor. </div><div class="MsoNoSpacing">Un besazo a todos, muchísimas gracias por leer y espero veros pronto. </div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-19307172925900652442012-02-12T15:18:00.000+01:002012-02-12T15:18:04.445+01:00¡Novedades!<!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:TrackMoves/> <w:TrackFormatting/> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:PunctuationKerning/> <w:ValidateAgainstSchemas/> <w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:DoNotPromoteQF/> <w:LidThemeOther>ES</w:LidThemeOther> <w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:Compatibility> <w:BreakWrappedTables/> <w:SnapToGridInCell/> <w:WrapTextWithPunct/> <w:UseAsianBreakRules/> <w:DontGrowAutofit/> <w:SplitPgBreakAndParaMark/> <w:DontVertAlignCellWithSp/> <w:DontBreakConstrainedForcedTables/> <w:DontVertAlignInTxbx/> <w:Word11KerningPairs/> <w:CachedColBalance/> </w:Compatibility> <w:BrowserLevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> <m:mathPr> <m:mathFont m:val="Cambria Math"/> <m:brkBin m:val="before"/> <m:brkBinSub m:val="--"/> <m:smallFrac m:val="off"/> <m:dispDef/> <m:lMargin m:val="0"/> <m:rMargin m:val="0"/> <m:defJc m:val="centerGroup"/> <m:wrapIndent m:val="1440"/> <m:intLim m:val="subSup"/> <m:naryLim m:val="undOvr"/> </m:mathPr></w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
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</div><div class="MsoNormal">He pensado en varias novedades para el blog y para mi “vida” de escritora, y espero que me ayudéis. El primero punto es el tema de una de mis redes sociales, Twitter. La cuenta dedicada a Twitter para este y mis otros blogs está bastante abandonada, ya que no sé qué más poner aparte de nuevas entradas subidas, y se me olvida la mayoría de las veces entrar, aparte de que no está teniendo mucho éxito. Por lo tanto, <u>voy a cancelar esa cuenta</u>, y ya veré más adelante si publico mi cuenta personal para que me sigáis allí, aunque no tuitearé nada relacionado con nuevas subidas del blog, aunque puedo comentar algo. </div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNormal">Otro punto. Muchos conoceréis a Lady Carla Tresdosnueve, ya que tiene mucho éxito junto con sus novelas Besos Prohibidos, Crónicas de Thaishat y Hojas de Otoño. Pues bien, ella y yo hemos creado un nuevo blog, Canto de sirena de policía ( <a href="http://cantodesirenadepolicia.blogspot.com/">http://cantodesirenadepolicia.blogspot.com/</a> ) en el que no sabemos muy bien que subiremos, seguramente un poco de todo. Si aún no lo conocéis, pasaos, y si os parece muy soso, ¡pasaos de nuevo dentro de un tiempo! A ver si nos hemos organizado y lo tenemos mejor <span> </span>xD ( ¿se pueden poner “xD” si se supone que soy una escritora “seria”? )</div><div class="MsoNormal"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Y el último punto y más importante. Tengo en mente cambiar el nombre de la historia y del blog. “Luz y Oscuridad” es un nombre carente de originalidad y muy repetido por distintas historias, sin ningún carisma. Si me prometéis que vais a participar unos tantos, puede que haga un concurso para elegir un nuevo nombre. No cambiaré la URL del blog hasta pasado un tiempo en caso de cambio, para no confundir a la gente. Llamémoslo, “período de adaptación”. Bueno, pues os toca decirme qué os parece el cambio de nombre, si participaríais en el concurso para cambiarlo ( por darle vidilla, ya que quiero que me deis ideas, a mí sola no se me ocurre nada bueno ) y qué os gustaría de premio o algo así, todo al gusto del lector. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Muchas gracias de nuevo por darle una oportunidad a esta chica. </div>Un besazo :)Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-78712718097730888412012-02-12T15:11:00.000+01:002012-02-12T15:11:26.890+01:00Capítulo 9. Azalea<!--[if gte mso 9]><xml> <o:OfficeDocumentSettings> <o:RelyOnVML/> <o:AllowPNG/> </o:OfficeDocumentSettings> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:WordDocument> <w:View>Normal</w:View> <w:Zoom>0</w:Zoom> <w:TrackMoves/> <w:TrackFormatting/> <w:HyphenationZone>21</w:HyphenationZone> <w:PunctuationKerning/> <w:ValidateAgainstSchemas/> <w:SaveIfXMLInvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:IgnoreMixedContent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:AlwaysShowPlaceholderText>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:DoNotPromoteQF/> <w:LidThemeOther>ES</w:LidThemeOther> <w:LidThemeAsian>X-NONE</w:LidThemeAsian> <w:LidThemeComplexScript>X-NONE</w:LidThemeComplexScript> <w:Compatibility> <w:BreakWrappedTables/> <w:SnapToGridInCell/> <w:WrapTextWithPunct/> <w:UseAsianBreakRules/> <w:DontGrowAutofit/> <w:SplitPgBreakAndParaMark/> <w:DontVertAlignCellWithSp/> <w:DontBreakConstrainedForcedTables/> <w:DontVertAlignInTxbx/> <w:Word11KerningPairs/> <w:CachedColBalance/> </w:Compatibility> <m:mathPr> <m:mathFont m:val="Cambria Math"/> <m:brkBin m:val="before"/> <m:brkBinSub m:val="--"/> <m:smallFrac m:val="off"/> <m:dispDef/> <m:lMargin m:val="0"/> <m:rMargin m:val="0"/> <m:defJc m:val="centerGroup"/> <m:wrapIndent m:val="1440"/> <m:intLim m:val="subSup"/> <m:naryLim m:val="undOvr"/> </m:mathPr></w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:LatentStyles DefLockedState="false" DefUnhideWhenUsed="true"
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<div class="MsoNoSpacing">Me miré en el espejo con preocupación. Mis ojos parecían más brillantes y grandes de lo normal. Además estaban teñidos por un leve color rojo. Mis mejillas estaban sonrosadas y mis labios secos. Esa noche me había dormido llorando, y había despertado llorando. Un pensamiento positivo cruzó mi mente: al menos había dormido. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Habían pasado dos semanas. Sólo había visto a Celeste desde entonces. Era quién me traía la comida y quién preguntaba si necesitaba algo. Siempre la misma respuesta: No. Lo que de verdad necesitaba no podían dármelo. Estaba mucho más tranquila, eso era verdad. Parte de mi dolor había desaparecido, pero todo me resultaba extraño. </div><div class="MsoNoSpacing">Suspiré exageradamente y seguí buscando ropa que se asemejara a la que yo siempre había llevado. Celeste me había avisado el día anterior de que hoy llegaría mi tutor. Sería el encargado de enseñarme cómo reinar.<span> </span>Posiblemente, alguna de esas clases conseguiría distraerme. Al principio pasaba todo el día llorando y compadeciéndome de mi desgracia. Pero pronto descubrí un extraño piano en aquella habitación. Era inmenso, y sus teclas eran tan delicadas como pétalos, sonaban al mínimo contacto. Era lo único que me entretenía en aquel lugar. Sabía más o menos como tocarlo, aunque por supuesto, era muy torpe. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Encontré un vestido lacio y que parecía bastante cómodo. Miré el extraño reloj al lado de mi cama. No comprendía su extraño funcionamiento, pero Celeste me había explicado que mi profesor vendría cuando las cuatro agujas más pequeñas apuntaran hacia abajo y las otras dos hacia arriba, y no quedaba demasiado tiempo. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Me acerqué a la mesilla de noche y escondí en uno de sus cajones el pequeño diario que llevaba escribiendo esas dos semanas. Mis primeras impresiones sobre ese mundo, mis deseos, mis pensamientos, mis recuerdos. No tenía ganas de que aquel tutor fisgara mis cosas ni preguntara por ellas, si se atrevía a hacerlo. Sólo Celeste sabía de la existencia de aquel diario, ya que fue quien me lo trajo. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Pocos minutos después alguien llamo a la puerta. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Adelante – dije.</div><div class="MsoNoSpacing">Entró Celeste, seguida por una mujer que ya había visto, una chica en realidad. Era inconfundible, con ese atuendo tan extraño, esa piel tan diferente al resto y la mirada cargada de seguridad. Azalea. </div><div class="MsoNoSpacing">Caminó segura hasta la mesa de cristal, situada al lado de uno de los ventanales, y dejó allí el saco cargado que traía. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Paz – saludó Celeste – Majestad, Azalea será vuestra tutora, quién os enseñará a manejar vuestros poderes, la historia de la región y todo lo necesario para un correcto reinado. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>Asentí sin saber que decir, y Celeste se marchó. Era mi primer contacto con cualquier otra persona que no fuera ella en semanas. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Has sentido algún poder especial? ¿Alguna nueva habilidad? – me preguntó Azalea, casi sin interés</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No</div><div class="MsoNoSpacing">Azalea suspiró. Avanzó con gracia hasta el enorme cristal que yo me había dedicado a mirar con curiosidad todo aquel tiempo. Un enorme diamante, tan alto como una persona y brillante. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Esto – dijo sin apartar la vista de él – Es el Cristal de Luz. Siempre que estés junto a él tus habilidades serán ilimitadas. Reúne toda la energía de la región. Sólo tú puedes tocarlo, aunque bastaría con acercarte lo suficiente. Has tenido que notarlo. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>Yo no lo había notado. Sentía tal respeto por ese cristal que no conseguía acercarme. Era algo que no podía explicar. Aunque sintiera curiosidad por todo lo que había visto hasta el momento, me había mantenido alejada de ese cristal. En el fondo sabía que era algo demasiado importante, algo me lo decía.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Sí – dije – Me siento…bien con él.</div><div class="MsoNoSpacing">Azalea simplemente asintió. Contempló el cristal con adoración y volvió a la mesa. Me acerqué a ella y me quedé esperando a que dijera algo más. Su actitud serena y fuerte me impedía derrumbarme. Me daba la impresión de que aquella chica pensaba que yo no valía para eso. Tampoco parecía que le gustara mucho tener que ser mi tutora. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Habrás notado que no te trato como los de más – dijo, sentándose en una de las majestuosas sillas.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Sí – repetí. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Para mí una reina no es reina si no sabe ni qué gobierna. Puedes tener nombre, puedes estar predestinada a este puesto, pero no sabes nada. Antes de que venga un estudioso de la región a enseñarte cuentos y alejarte de la realidad prefiero venir yo. Puede que todo te parezca muy bonito, Lilian, pero yo no soy la única que piensa que aún no eres reina. En realidad, muchos cargos importantes que te besarán los pies jamás lo pensarán. Eres el nombre de la región, quién da la cara, quién se hace responsable. Y quien tomará las decisiones será el Consejo. Por eso a nadie le hace gracia que yo esté en él. Porque saben que te avisaré. Izel nunca reinó. Izel se dedicaba a firmar papeles, a ser adorada, mientras el Consejo tomaba las decisiones. Hace tiempo que la reina dejó de existir. Ahora que yo soy tu tutora, no permitiré que esto pase. No vendrá nadie a contarte historietas sobre lo maravillosa que es la región, que no tendrás que preocuparte por nada y que todo está controlado. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>Escuchaba absorta las palabras de Azalea. De pronto, ella bajó la parte de la túnica que le cubría la cara. Era increíblemente hermosa. Sin embargo, algo rompía la armonía de su cara, un enorme tajo en su mejilla derecha, tan fresco como si fuera de esa misma mañana.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Estoy segura de que nadie te ha hablado de la región de la Oscuridad. Donde acaba la región de la Luz, al final de mis dominios, tierra desconocida para todos. Donde siempre es de noche, donde viven criaturas tan fuertes como desconocidas para nosotros. Un lugar que te pintarán como el peor, y se quedarán cortos. No es una región de caos y odio. Pero sí lo es de destrucción. Destrucción para uno mismo. He estado allí, y la agonía casi puede conmigo. No era mi lugar, por mucho que me empeñara.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿A qué te refieres? ¿Por qué fuiste? – interrumpí sin poder evitarlo</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No fue hace demasiado. Fui hace siete años, y volví dos años después. Fui porque mi inocencia me llevó. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>Azalea no me había dejado nada claro, pero dejé pasar mi curiosidad por esa vez.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- La agonía que te describo tiene más que ver con una región que nunca has pisado. Allí eres un forastero, alguien que no pertenece. Estás excluido. Nada, ni siquiera lo más fuerte, podrá mantenerte allí, y si te quedas, morirás. Tienen sus reglas, su forma de vida. No está hecha para nadie de aquí. No tienen<span> </span>los mismos valores que nosotros. Siendo muy suave, podría hablar de otra cultura. Cuando intentaba escapar, uno de los mejores guerreros, la mano derecha del rey me hizo esta herida. Jamás le olvidaré – Azalea arrugó la cara con odio – Fobos. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>Me quedé en silencio asimilando todo. No podía imaginarme aquel lugar. Ni siquiera había salido de ese castillo. Quizás Azalea no fuera tan fuerte como parecía. Su bello rostro se crispaba con cada palabra, con cada recuerdo que volvía a su mente. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Los orígenes de la región de la Luz son desconocidos – siguió Azalea, queriendo dejar atrás sus recuerdos - <span> </span>Nadie sabe por qué está aquí. Por qué cada cierto tiempo reina una nueva mujer. Por qué los excluidos de otros mundos llegamos a este lugar. Pero una vez, hace milenios, nació alguien tan excepcional como temible. Se llamaba Káligat. – de pronto paró -<span> </span>Más adelante podré traerte más datos sobre él, pero no quiero llenarte la cabeza de cosas. Lo importante es que comprendas dónde te encuentras, y que tu vida, fuera la que fuera en tu anterior mundo, ha cambiado. Que tienes unas responsabilidades. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Qué pasó con Káligat? ¿Qué hizo? – pregunté.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- A nadie aquí le gusta hablar de Káligat. Fueron doce años de reinado oscuro. De pobreza, guerrillas, y destrucción. Káligat era poderoso. Un guerrero excepcional que además controlaba las artes mágicas. Fue la única persona que asesinó a una reina. La reina Venus, una de las mejores que ha tenido la región. Estuvo un tiempo en el poder, y cuando consiguieron derrotarle, su poder era tan inmenso que, junto a sus seguidores, consiguió arrebatarnos casi la mitad del desierto, y aislaron toda la luz de su territorio, el cual cada día crece más. Una auténtica aberración para todos. Es lo único que debes saber sobre Káligat. Su horrible corazón y su horrible creación, la región de la Oscuridad. Hoy es el primer día, y ya está bien. Todo lo que debes saber lleva muchas horas, y supongo que necesitarás descansar – pronunció las últimas palabras con brusquedad, como si se diera cuenta de que no debía seguir hablando. Era la segunda vez que me hacía aquello. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>Azalea se levantó, se tapó la cara y avanzó hasta la salida. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Volveré mañana a la misma hora – dijo antes de marcharse.</div><div class="MsoNoSpacing">Volví a quedarme sola. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">Dominic se encontraba solo en la sala. Así lo había decidido. Estaba harto de gente besándole los pies. Todos los días entraba en aquel sitio, lleno de armas, de libros antiguos y de todo tipo de recuerdos almacenados durante cientos de años. Aquello había dejado de ser una sala más del castillo para convertirse en la sala de Dominic. Ni siquiera los más cercanos a él se atrevían a entrar. El rey cogió uno de los libros más grandes, con tapas de cuero, antiguo y de hojas desgastadas. Lo tomó en sus manos como un tesoro, un bebé frágil. Lo abrió con delicadeza y leyó cada palabra con dedicación, con los ojos oscuros llenos de ilusión. Se sabía aquel diario de memoria, él mismo lo había traducido, copiado y cuidado, basándose en el trabajo que otros reyes habían hecho antes. Aquel libro que tenía en sus manos no era un diario cualquiera. Era el diario que recogía toda la vida de su señor Káligat. Todos sus planes, sus ideas, cómo creó aquella región, cómo luchó contra cada guerrero que se disponía a derrotarle. Pero Dominic se sabía todo aquello de memoria. Lo que de verdad le interesaba eran las últimas páginas. Los últimos meses de vida de su señor, con el secreto mejor guardado de todo el Mundo de las Almas. Él conseguiría aquello que Káligat no había conseguido, aquello que relataba antes de morir. </div><div class="MsoNoSpacing">Los ojos del gran rey de humedecieron ante la emocionante idea. El invencible, respetado y joven rey, dejó escapar las lágrimas. Lágrimas de alegría y de ilusión.</div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-47595167152833594582011-12-29T14:38:00.003+01:002011-12-30T00:11:28.263+01:00Capítulo 8. Reina Lilian<div class="MsoNoSpacing">Izel se había ido hacía unas horas. Llevaba acurrucada en la repisa de la ventana todo aquel tiempo, llorando. Me sentía pequeña, débil e indefensa ante todo aquello. Echaba de menos todo. Pensé en mi madre y en David, y en lo preocupados que estarían por mí. Me les imaginaba sentados al lado de la cama del hospital, llorando por mí como yo lloraba por no estar con ellos. Saldría en los periódicos, se conocería mi caso. Hasta que todo el mundo me olvidara porque no había cambios. Estaría en coma de por vida. </div><div class="MsoNoSpacing">Lloré aún más. Golpeé el cristal con el puño, pero sólo conseguí hacerme daño. Furiosa, me levanté y crucé la habitación. Necesitaba algo para volver a casa, lo que fuese. Incluso el suicidio cruzó mi mente. ¿Conseguiría volver a mi mundo de esa forma? No pude pensar más, porque alguien entró en la habitación y me giré.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Señora…? – musitó una dulce voz. La reconocí al instante. Era la voz de quien me había estado hablando en la Tierra. </div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Celeste? – pregunté.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí, soy yo - dijo tímida. La observé mejor. Apenas era una niña, ni siquiera pasaba de diez años. De delicadas facciones y tez pálida, al igual que Izel. El pelo rubio y corto por los hombros, aunque más largo por delante. Habían dejado la misión de comunicarse conmigo a una niña.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Perdonadme – dijo – No supe cómo comunicarme con vos adecuadamente.</div><div class="MsoNoSpacing"> No podía enfadarme con una niña.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No pasa nada – contesté, aunque quizás las palabras me salían con un toque de amargura – Ya estoy aquí.</div><div class="MsoNoSpacing"> Celeste avanzó y se sentó a mi lado, en una de las sillas perfectamente adornadas de la habitación. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Se ha filtrado la noticia – dijo ella – En las ciudades se sabe de vuestra llegada. El Consejo opina que deberíais salir y presentaros.</div><div class="MsoNoSpacing"> Resoplé. ¿Quién narices era el Consejo? Yo no quería salir a ver a nadie.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sin embargo – siguió Celeste – Yo opino que no. Hace sólo unas horas que habéis llegado aquí y no creo que estéis preparada. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Tendré que salir, ¿no? – dije. Pensé que nadie iba a tener en cuenta la opinión de una niña.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Así es – dijo con amargura. Empezaba a tomármela en serio, no hablaba como una niña de diez años – De momento, el Consejo quiere hablar con vos. Os acompañaré hasta la sala central.</div><div class="MsoNoSpacing">Salimos de la habitación para internarnos en un largo y ancho pasillo. Tuve la tentación de escapar por alguna de los montones de puertas que había a los lados, sin embargo seguí a Celeste. Si escapaba y me perdía me metería en un problema. Llegamos a una enorme sala, blanca, como todo allí. Una serie de columnas formaban un círculo, cada una con un sillón rojo aterciopelado y un ocupante. Todos hablaban entre sí. El sillón más grande, dorado y blanco, estaba vacío. Todos se giraron cuando yo entré y se levantaron. Había tres hombres y tres mujeres, todos observándome con curiosidad y devoción. Miré al suelo avergonzada sin apenas echar un vistazo a su aspecto. El más mayor de los hombres se adelantó. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Paz, Majestad</div><div class="MsoNoSpacing"> Celeste habló bajando un poco la voz</div><div class="MsoNoSpacing"> - Es un saludo, Majestad. Tan solo diga “paz”</div><div class="MsoNoSpacing"> - Paz – repetí.</div><div class="MsoNoSpacing"> Me atreví a mirarle. Era muy anciano, de piel morena y llena de cicatrices. Su rostro mostraba las mil batallas que habría sufrido aquel hombre. Era alto y parecía haber sido fuerte y buen guerrero. Sus facciones eran duras, ojos entrecerrados, labios finos y pelo canoso.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Mi nombre es Aro – dijo con una voz profunda y ronca – Bienvenida al Mundo de las Almas. Me presento como Superior del Consejo y representante de la ciudad de Grentia y de la montaña.</div><div class="MsoNoSpacing"> Asentí nerviosa. El hombre dibujó un semicírculo con el brazo para presentarme al resto del Consejo, y me atreví a mirar. Pudiendo verles mejor, no me parecieron hombres y mujeres tan normales. No podía creer lo que estaba viendo. Aro se dio cuenta de lo sorprendida y asustada que estaba y siguió hablando.</div><div class="MsoNoSpacing"> - El Consejo está formado por representantes de todas las zonas de la región. Cada zona tiene sus propias criaturas, como podéis comprobar.</div><div class="MsoNoSpacing">Aro estaba sentado en el último sillón de la derecha. A su lado, ya sentada, una anciana me miraba sonriente. Parecía aún más mayor que Aro. Tenía un pelo plateado larguísimo. Sin embargo, me llamó más la atención su piel, con un toque verdoso. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Ella es Silb, de las aldeas Tsair, pertenecientes al bosque Katatt – dijo Aro. La anciana se levantó y me dedicó una profunda reverencia. </div><div class="MsoNoSpacing"> Inmediatamente, el hombre de su derecha se puso de pie. De mediana edad, entre treinta y cuarenta años, y musculoso, como el más fuerte de los guerreros de un ejército. Tenía una expresión seria, y sus brazos descubiertos enseñaban montones de cicatrices. De su cadera colgaba la funda de su espada.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Me presento como Zamir, Majestad. Provengo de la ciudad central, Mens. Soy jefe del Ejército Supremo, en el que se reúnen los ejércitos de cada zona de la región.</div><div class="MsoNoSpacing"> Asentí de nuevo. Por mucho que mirara a aquel hombre, no parecía tener ningún rasgo extraño, y habría pasado desapercibido en mi mundo, de no ser por su extraña ropa. </div><div class="MsoNoSpacing">Aquello seguía siendo demasiado nuevo para mí, y ya ni siquiera recordaba de dónde procedía cada uno, pero procuré acordarme de los nombres.</div><div class="MsoNoSpacing">Otra mujer se puso en pie. Aunque posiblemente alcanzaba los cuarenta años, era muy bella. Pero algo me sorprendió más. Esa mujer tenía unas preciosas alas blancas en la espalda. Aunque las tenía recogidas, eran preciosas. Sonriéndome, se presentó:</div><div class="MsoNoSpacing"> - Mi nombre es Lida, representante de Aether, la ciudad alada y hogar de los ángeles. </div><div class="MsoNoSpacing"> Respondí a su sonrisa maravillada. Sus ropas no rompían esa armonía. Un precioso vestido blanco y dorado que caía hasta el suelo. Sin dejarme tiempo para más, un muchacho joven esbelto y de cabellos rizados de oro se levantó. Pude ver una de sus manos y él lo percibió, puesto que me sonrió entre avergonzado y divertido.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Soy Dyliak, de la ciudad más oculta de toda la región. Represento a Gali, en el fondo del lago Uax. </div><div class="MsoNoSpacing"> Intenté retener algo de información, pero empezaba a estar confusa. Todos allí me observaban y se presentaban. Llevaban toda su vida allí, y yo no les conocía, ni conocía ninguno de los lugares que mencionaban. Repasé mentalmente los nombres de todos.</div><div class="MsoNoSpacing">Dyliak alzó la cabeza orgulloso al nombrar su ciudad de origen, lo que me permitió descubrir las agallas de su cuello. </div><div class="MsoNoSpacing">Aún quedaba otra muchacha, la que menos me había mirado. Cubierta por una gran túnica marrón, sólo dejaba ver su rostro. Era joven, quizás veinte años. Su piel era muy morena, sus ojos verdes miraban con seguridad y estaban cargados de fuerza. Contrastaba con toda la blancura y pureza que llenaba aquel castillo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Soy el miembro más reciente del Consejo – dijo con una voz fuerte y segura, igual que su mirada – Mi nombre es Azalea y provengo del desierto. Represento a éste y a todas las aldeas Okras repartidas por él.</div><div class="MsoNoSpacing"> Al contrario de los otros, quienes me miraban con respeto, como si fuera algo superior a ellos, Azalea me observaba con curiosidad. No aguanté la mirada y volví a mirar al suelo. Aro retomó la palabra.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Creemos que lo más acertado sería que os presentaseis ante el pueblo. En otras circunstancias, habríamos esperado unos días, pero la noticia ha corrido rápido, ya que era algo que no se esperaba. Izel aún tenía años de reinado por delante, y todos quieren saber quién ha sustituido a una reina joven y fuerte. Creen que vos tenéis algo diferente a las demás. </div><div class="MsoNoSpacing"> De pronto sentí una carga de responsabilidad nueva, que cayó sobre mí como un plomo, y sentí calor en los ojos. Cada minuto que pasaba, me sentía más lejos de volver. Sentía como ese nuevo mundo me atrapaba, y todos me creaban una nueva identidad que yo no quería obtener. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Majestad – instintivamente, levanté los ojos del suelo y le miré. Había comprensión en su mirada – Es preciso que salgáis a presentaros. Después podréis pasar unos días en tranquilidad para acomodaros al castillo y a vuestra nueva vida. El Consejo entendemos la dificultad que tiene para vos. Os pido tener paciencia. Ahora todo es nuevo, pero pronto comprenderéis.</div><div class="MsoNoSpacing"> Asentí una vez más, a riesgo de parecer idiota. Sin ser realmente consciente de adonde me dirigía, dejé que Celeste me acompañara hasta el final de la habitación. Corrió las cortinas que cubrían un enorme ventanal. Después, ante la atenta mirada del Consejo, abrió el balcón y me tendió la mano para que saliera. </div><div class="MsoNoSpacing">El escozor de mis ojos aumentaba y sentía las primeras lágrimas nublándome los ojos. Seguí andando, ya sin la ayuda de Celeste. Empecé a ver a la gente. Cientos y cientos de personas, a cada cual más extraña para mí, se agolpaban debajo de aquel enorme balcón. </div><div class="MsoNoSpacing">Cuando apoyé las manos en el borde y todos me vieron, la multitud rugió de alegría. Nadie parecía ver las lágrimas que corrían por mis mejillas.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">Nadie, excepto el rey Dominic. Bajo un sombrero y unos ropajes del desierto se confundía entre la multitud, sin perder ojo de la nueva monarca. Mucho más joven y manipulable que Izel. Sólo debían darse prisa y acabar con los preparativos para que la muchacha no se adaptara. Ahora la región era muy vulnerable con una reina asustada y nueva, y era su momento. Él era Dominic. Él había descubierto secretos que nadie más sabía. Secretos ocultos durante siglos. Había aprendido a ver lo especial de las personas. Aquel era su momento. Sintiendo una emoción que no sentía desde hacía tiempo, soltó un grito de júbilo.</div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-6995633218159084362011-12-01T17:42:00.000+01:002011-12-01T17:42:06.305+01:00Capítulo 7. Despertar.<div class="MsoNoSpacing">Fue como si hubiera estado durmiendo durante años. Todo mi cuerpo me pesaba y apenas tenía fuerzas para moverme. Sin embargo, no me dolía nada. Los últimos recuerdos de mi vida acudieron a mi mente. Sobresaltada, abrí los ojos.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Lilian? </div><div class="MsoNoSpacing">Fui consciente de que estaba tumbada sobre una cama. Haciendo un esfuerzo sobrehumano, me giré para ver quién me llamaba. A mi derecha se encontraba una mujer de unos treinta años, con el pelo blanco y corto, los ojos grises, muy claros, y muy pálida. Me sonreía con una dentadura blanquísima y perfecta.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bienvenida – dijo con voz dulce.</div><div class="MsoNoSpacing">Mi reacción fue quedarme quieta. Estaba muy confundida. Sólo lograba recordar las patadas y golpes de Fred impactando contra mi cuerpo y causándome más dolor del que había sufrido nunca. Una idea terrorífica cruzó mi mente.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿He muerto? – pregunté.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No, no has muerto – dijo la mujer. </div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Esto es un hospital? – volví a preguntar. Sabía que la respuesta era no. Aquella mujer no tenía pinta de enfermera. Además, desde mi posición, tumbada boca arriba, lograba ver el dosel blanco de la cama en la que estaba tumbada, y el techo decorado con pequeñas flores rosas con un fondo blanco. Ningún hospital era así.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Tampoco – respondió la mujer – Me llamo Izel.</div><div class="MsoNoSpacing">La mujer se acercó hacia mí, me tomó de la mano y me ayudó a incorporarme, dejándome sentada sobre el borde de la cama. Pude observar bien la habitación. Increíblemente espaciosa, con las paredes rosa pálido y columnas blancas por toda la habitación. Enfrente tenía un enorme tocador, lleno de peines de cerdas largas y maquillajes que yo no conocía. Me giré y contemplé un armario empotrado que ocupaba toda una pared. La cama en la que yo me encontraba estaba algo más alta que el resto de la habitación, así que pude ver bien todos los rincones de ésta. En uno de los rincones había una enorme estrella de algún material parecido al diamante. Irradiaba mucha luz. Al mirarlo, sentí un poco más de fuerza. Izel bajó los escalones que separaban los dos niveles de la habitación y tomó una pequeña bola de cristal de una mesa. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Esta es la Esfera. Gracias a ella hemos podido hablar contigo este tiempo. Ella nos ha guiado hasta ti. </div><div class="MsoNoSpacing">Permanecí callada. Quería salir de allí corriendo, volver a mi casa. No entendía nada.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Escucha, Lily…- empezó Izel – Sé que esto es extraño. Hace veinte años yo estaba sentada donde lo estás tú, igual de confundida. Es mi misión guiarte ahora. Sé que eres fuerte.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Dónde estoy? – musité.</div><div class="MsoNoSpacing"> - En la región de la Luz, en el Mundo de las Almas.</div><div class="MsoNoSpacing">Debía ser un sueño. No existía tal lugar, todo era mentira. El desgraciado de Fred me había herido tanto la cabeza que estaba loca. Izel me agarró la mano.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Este es tu lugar, Lily. – llevándome de la mano, me acercó a uno de los grandes ventanales de la habitación. Ante mí descubrí un enorme territorio, todo a mis pies. A los pies de la montaña en la que me encontraba yo. Bosques tan frondosos que eran una mancha verde en el paisaje. Ciudades bulliciosas, campos y caminos hasta donde alcanzaba la vista. No había nada igual en el mundo que yo conocía. Izel habló con suavidad.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Este es el lugar donde venimos los expulsados de nuestros mundos. Lleva siendo así miles de años. No conocemos exactamente la antigüedad de este mundo. Simplemente, venimos.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Dijiste que yo no estaba muerta – dije con dureza. Me daba igual que fuera amable conmigo, que no la conociera de nada. Sólo quería ir a mi casa, refugiarme en brazos de mi madre como una niña pequeña. </div><div class="MsoNoSpacing"> - No lo estás, estás en coma. Celeste lo vio.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Quién es Celeste?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Es quién te hablaba en tu mundo. Ella es la única que podía contactar contigo cuando no estabas aquí. Lily, yo era la reina de todo esto. Es el mundo quien elige quién gobierna. Hace veinte años me tocó a mí, y la hermana mayor de Celeste lo vio. Recientemente, Celeste te vio a ti. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Yo solo quiero volver a casa – repetí. No tenía ganas de escuchar todo aquello, no quería saber nada. </div><div class="MsoNoSpacing"> - No puedes…- dijo Izel con dulzura – Este es tu mundo ahora. Sé que es duro. Pasé por ello.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Todos aquí son arrastrados a este mundo? ¿Nadie quiere volver?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sólo tú y yo sabemos de dónde venimos –ambas miramos la enorme ciudad en la llanura – Ellos han nacido aquí. Sus almas empezaron en un nuevo cuerpo, sin recuerdos, sin vidas pasadas, sin más mundo que este. Saben que vienen de otros sitios, pero a nadie le importa. ¿Quién sabe cómo fue su vida? No tienen interés en su pasado. Eso ahora ya no existe.</div><div class="MsoNoSpacing"> Me alejé de la ventana con brusquedad.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Para mí sí. Yo no quiero empezar. Yo no quiero vivir aquí, no quiero formar parte de esto. – dije alzando un poco la voz. El vestido que me había puesto alguien, blanco impoluto, largo y con la falda de volantes, se agitó con mis movimientos. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Yo también quise volver. La reina anterior a mí quiso volver. Pero es nuestro deber ahora. Es muy importante. Alguien o algo, nos ha elegido para esto. ¿De dónde proviene la gente de tu mundo?</div><div class="MsoNoSpacing"> - No lo sé. Nadie lo sabe – contesté.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Nosotras sí lo sabemos. El pueblo sabe que proviene de otros lugares. Eso nos otorga sabiduría. Este mundo es mucho más rico que el mío y que el tuyo. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Yo tengo mi vida allí. ¿Es una bendición estar en esta locura? Me intentaron violar, me pegaron una paliza, ¿y me tengo que sentir afortunada por estar aquí? – protesté.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Podías haber venido tú. Simplemente deseándolo. Pero Celeste no pudo contarte nada. Es difícil contactar con otro mundo.</div><div class="MsoNoSpacing"> Supe a que se refería. Las voces que me habían estado atormentando esos días, que me llamaban y me pedían que acudiera en su ayuda.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No habría venido – repuse.</div><div class="MsoNoSpacing">Izel se acercó y volvió a coger la Esfera.</div><div class="MsoNoSpacing"> - El universo te hizo venir. Fred era el camino – dijo – Celeste podía verte a través de la Esfera. Sabíamos que Fred te haría venir, y cuándo lo haría. Pero no sabíamos por qué. En el momento en el que viniste aquí, la Esfera dejó de funcionar.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Cuánto llevo aquí?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Tres días. </div><div class="MsoNoSpacing">Desesperada, rompí a llorar. Mi vida no era perfecta, pero me gustaba. Izel había dicho que estaba en coma, no todo estaba perdido. Quería volver a ver a mi madre, a mis hermanos, a David, a Nadia, Monica, Sam… había muchas cosas que echaba de menos, y todo se había desvanecido. Me sentía sola. Abandonada y no querida por el universo, por todo el mundo.</div><div class="MsoNoSpacing">Izel me abrazó.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Todo irá bien – susurró.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">Kiteria andaba segura por los pasillos del castillo. Tenía la noticia. Todos estaban esperándola. Su padre, los Cinco, el Rey. Abrió las puertas de la sala de reunión y se acercó a la mesa. El rey Dominic, joven, apuesto e impaciente, estaba sentado al final. A su derecha, de pie, Deimos, el ángel oscuro. A su izquierda, Fobos, el padre de Kiteria. Siguiendo a Fobos, los otros cuatro integrantes de los Cinco. La mesa se completaba con los guerreros más importantes del ejército Oscuro, del mismo rango que Kiteria.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Lo has conseguido? – preguntó Fobos.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí, padre. Se dice que la reina llegó hace tres días. Es joven, más que Izel cuando llegó. </div><div class="MsoNoSpacing"> Todos sabían lo que significaban aquellas palabras. Por fin, tras años de espera, lo habían conseguido. En los patios del castillo los soldados se entrenaban, a sabiendas de una posible batalla en cualquier momento. Las gentes preparaban alimentos y protegían sus casas. Había llegado el momento de atacar.</div><div class="MsoNoSpacing">El rey Dominic sonrió.</div><div class="MsoNoSpacing">La guerra había comenzado.</div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-71341468611034142052011-11-12T14:37:00.000+01:002011-11-12T14:37:04.792+01:00Capítulo 6. Parte 3. Monica Wells<div class="MsoNoSpacing">Monica miraba fijamente por la ventana del autobús. Los tirabuzones interminables y oscuros como el carbón tapaban su rostro. No podía dejar de pensar en Lily. Como si todo hubiera sido un sueño, recordó la llamada de Sam el domingo por la mañana, su voz alarmada y sus sollozos. Ella tampoco había podido contener las lágrimas mientras le escuchaba. Subió el volumen de su iPod y sin darse cuenta soltó un suspiro lleno de tristeza. Las notas de Aleluya, de Leonard Cohen la hicieron llorar de nuevo.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">De repente alguien tocó su hombro. Sobresaltada, apagó la música y se giró. Era el chaval que se había sentado a su lado.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Perdona, ¿es tuyo? – preguntó, con un móvil en la mano.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí, gracias – dijo Monica y cogió el móvil – Se me debe haber caído del bolsillo.</div><div class="MsoNoSpacing">Pero antes de que ella pudiera volver a girarse, el chico se percató de sus lágrimas.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Oye…¿estás bien? </div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí, sí, no pasa nada…- respondió Monica enjugándose las lágrimas.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lo siento si soy muy pesado, pero me sabe mal que alguien que esté a mi lado vaya llorando… - insistió el chico – y más si es alguien tan joven, en este autobús sólo van viejas del pueblo…</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Eres del pueblo? – preguntó ella</div><div class="MsoNoSpacing"> - Mis padres nacieron allí y vamos cada poco tiempo a visitar a mis abuelos, pero yo no me quedo mucho…tengo que recuperar las asignaturas que me han quedado de la uni</div><div class="MsoNoSpacing">Monica se sintió un poco cohibida. No era muy dada a hablar con chicos, y le echó para atrás el saber que era más mayor que ella.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No te había visto nunca por el pueblo – dijo simplemente</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bueno, tampoco salgo mucho, no me gustan los pueblos pequeños. Por cierto, soy Danny. Soy el sobrino de los que llevan el bar del pueblo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Yo Monica…Monica Wells…nadie de mi familia hace nada especial en el pueblo – dijo avergonzada.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Eh! ¿Tu primo es Jack? Solía jugar con él – dijo ilusionado Danny.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí, es él…</div><div class="MsoNoSpacing">Se quedaron en silencio unos segundos, y Monica aprovechó para observarle bien. Decía que iba a la universidad, pero en realidad parecía que tuviera su edad. No era demasiado guapo, aunque tampoco feo. Tenía el pelo rojo muy corto, su cara estaba llena de pecas, y sus ojos miel estaban llenos de simpatía.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Y…bueno…- siguió él - ¿Por qué vuelves a la ciudad?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bueno, yo… - empezó Monica. No quería soltarle demasiado – Voy a ver a una amiga, y mis padres no querían volver tampoco así que…voy yo sola.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No quiero meterme donde no me llaman, pero creo que no lo estás pasando demasiado bien con tu amiga… - dijo Danny.</div><div class="MsoNoSpacing">Monica no tenía muchas ganas de hablar con nadie, y menos con un chico que acababa de conocer. Sin embargo, conseguía alejarla un poco de la tristeza. La alegría de Danny le recordó a Sam. No estaban siendo los mejores meses de la vida de Monica. </div><div class="MsoNoSpacing">Hacía tan solo unos meses había conseguido acercarse a Sam, pasando de ser una conocida suya, a ser una amiga. Sam no era como aquellos chicos babosos en busca de chicas fáciles como lo eran tantos otros que conocía. Sin embargo, Monica no era tonta. Pronto se había dado cuenta de que quien ocupaba el corazón de Sam no era ella, sino Lily. En muchas ocasiones, mientras lloraba, había pensado que Lily era sólo un estorbo, deseando que Sam se olvidara de ella. Luego se sentía culpable. Era su amiga. Al principio le alegró que Lily conociera a Fred, y deseaba que le eligiera antes que a Sam. Pero pronto descubrió que no era tan buen chico como parecía. Después de la tragedia, se había sentido tan culpable como si hubiera sido ella la que había echado a Lily a los brazos de Fred. Ella había deseado que tuviera algo con él. Esa tarde iría con Sam y Nadia al hospital, y le pediría perdón mil veces a Lily, con la esperanza de que pudiera escucharla.</div><div class="MsoNoSpacing">Aún así, con tantas cosas pasándole por la cabeza, sacó fuerzas para contestar a Danny.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No están siendo unos buenos días ni para ella ni para mí - dijo con una sonrisa triste.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lo siento. ¿Puedo compensarte? Si necesitas hablar, he dejado mi número apuntado en tu móvil.</div><div class="MsoNoSpacing">Monica se puso roja.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Oh, eh…gracias. De todas formas no te preocupes, estoy bien – mintió.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Vale, escucha, arriba esos ánimos. No quiero ver a la juventud de este autobús así de triste. Deja esas canciones tristonas. ¿Te va AC/DC? Algo de ritmillo te sentaría bien – dijo Danny ofreciéndole un casco.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Gracias. Creo que sí me sentaría bien – aceptó.</div><div class="MsoNoSpacing">Por lo menos, no pasaría sola y llorando lo que quedaba de viaje. Danny estaba siendo de gran ayuda.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">La vida de todos había cambiado. </div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-23577470060922305382011-10-31T14:58:00.000+01:002011-10-31T14:58:04.085+01:00Capítulo 6. Parte 2. Sam Andrews<div class="MsoNoSpacing">La habitación de Sam era un trocito de su corazón. En su corazón había sitio para su familia, para sus amigos…para Lily. Así se reflejaba en aquellas cuatro paredes. El color azul apenas se distinguía, cubierto por montones de fotos, corchos, recuerdos de sus diecisiete años de vida. Pero ahora casi todo su corazón estaba hecho pedazos, y en su habitación seguían todos los recuerdos. </div><div class="MsoNoSpacing">Sam estaba sentado sobre la cama, con las piernas cruzadas y apoyado en la pared. A pesar del calor del verano, todo su cuerpo temblaba. Nunca se había sentido tan triste y tan desgraciado. Se frotó la cara y echó su pelo rubio hacia atrás. Los recuerdos se agolpaban en su mente, unos por encima de otros, provocándole ganas de gritar, ira y desesperación. Sin embargo estaba ahí sentado, sin apenas moverse y en completo silencio. ¿Con quién podía compartir su tristeza? Ella era su mejor amiga. Pero nadie sabía que en su corazón ella era algo más. No recordaba cuándo empezó a amarla diferente. Poco a poco, según pasaba el tiempo, empezó a ver cómo Lily le parecía diferente a las demás. Cómo al estar con ella sentía un cosquilleo especial al que sentía con cualquier otra persona. Cómo ella sola iluminaba una habitación. Cómo sentía el vacío en su interior cuando ella se iba. De repente el mundo era oscuro sin ella. Su luz no estaba apagada, pero ya no brillaba con tanta intensidad. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Llevaba tres días sin apenas dormir. Sólo lo conseguía a ratos, y en ellos Lily sufría todo tipo de torturas. Ese día iba a verla al hospital. No sabía cómo iba a reaccionar. Quizás rompiera a llorar allí mismo. La abrazaría, derramaría mil lágrimas a su lado y su corazón se rompería definitivamente al verla allí, viviendo sin vivir. O quizás se quedaría inmóvil, mirándola, incapaz de articular palabra.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">No entendía cómo alguien podía hacerle daño a alguien como Lily. Sentía ganas de ir a casa de Fred y romperle cada hueso de su cuerpo, hacerle pasar por todas las torturas posibles, para que sintiera sólo un pedacito del dolor que le había ocasionado a Lily, y del dolor que sentía él mismo. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Un desgraciado así se había ganado los besos y caricias de Lily, mientras que él, fiel amigo desde hacía tantos años no había conseguido nada. Pensándolo bien, tampoco había hecho tanto por ganar su amor. Nunca se había atrevido a confesarle lo que sentía, ni se había lanzado a ser más “cariñoso” con ella. Sam tenía demasiadas cosas en la cabeza.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Sam Andrews miró el reloj, se levantó de la cama, y salió camino del hospital a ver a la princesa cuyo nombre estaba grabado a fuego en su corazón.</div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com6tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-67796596350505249232011-10-13T17:56:00.000+02:002011-10-13T17:56:04.902+02:00Capítulo 6. Parte 1. Natalie Cole<div class="MsoNoSpacing">Natalie Cole aporreaba el suelo de mármol de la oficina con sus tacones, firme, decidida. Notaba la mirada de sus compañeros, curiosos y apenados, siguiendola, preguntándose si sería capaz de entrar en el despacho del jefe tan pronto. No la habían visto ni hablado con ella desde hacía tres días, pero todos conocían la noticia y la causa de su falta.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">A ella le daba igual que la miraran, era comprensible. Tenía decidido lo que iba a hacer. En sus manos llevaba un papel perfectamente doblado. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Abrió la puerta del despacho del jefe sin llamar. Sentado al final del despacho, detrás de un montón de carpetas y un Mac, estaba Jason Blake. Entre su pelo castaño se adivinaban canas, fruto del estrés de los últimos días. Alzó la vista al oír a Natalie entrar. Sus ojos marrones, esos que había heredado su hijo, siguieron su figura hasta que ella se acercó a la mesa. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Jason Blake sabía que estaba metido en un lío. Pero no sabía que se tendría que enfrentar a él tan pronto. Aquel estúpido de su hijo se había pasado de la raya y ahora él tenía que pagar el pato.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Natalie sintió un escalofrío al ver a aquel hombre. Rememoró los momentos que había pasado con él en los últimos meses. Recordó todas las cenas en restaurantes de lujo a las que Jason la había invitado, los regalos y los aumentos de sueldo. Corría el rumor por la oficina de que se estaba tirando al jefe. No les podía culpar, pensó ella. Al fin y al cabo eso era lo que Jason quería. Pero Natalie había insistido a sus compañeros en que todo era mentira. No quería que David se enterara. Había discutido suficiente con él por ese tema, y le tenía convencido de que eran simples invenciones de sus compañeros. Había tenido que mentirle con reuniones, cenas con sus amigas de la oficina, horas extras.</div><div class="MsoNoSpacing">Bien sabía ella que lo que hacía estaba mal, pero no tenía remedio. Había tenido que lamerle el culo a ese impresentable para que ni ella ni su marido fueran despedidos. No sólo lo había conseguido, sino que había conseguido aumentos y un posible ascenso para David. Natalie pensó que si ella ascendía, sería demasiado cantoso. Todos en la oficina sabían lo machista que era Jason, él nunca ascendería a una mujer. Sólo aceptada contratarlas por orden de sus superiores. Natalie y sus compañeras habían tenido que sufrir comentarios ofensivos acerca de su rendimiento. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Empezó a pasar verdadero miedo cuando Jason les ofreció una nueva casa y David se ilusionó con la idea. “Para mis mejores trabajadores, con descuento incluido” había dicho Blake. Ahora le tenía viviendo al lado de su casa, lo que dificultaba las cosas. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Tenía que haberse imaginado que el hijo de Blake era igual que su padre. Estaba tan preocupada para que no la descubrieran que se olvidó de que su hija y el hijo de Jason podrían conocerse. Lo ocurrido tres días atrás había sido demasiado para ella.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Sabes por qué he venido, ¿no? – dijo Natalie intentando mantener la voz firme</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Sí – respondió Jason</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Me has destrozado la vida, Jason</div><div class="MsoNoSpacing">Ambos se quedaron en silencio unos segundos. Natalie intentó adivinar qué sentiría aquel hombre al ver lo que él y su familia habían causado.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Oye, Natalie – empezó Jason – Sé que es algo muy fuerte. Pero sabes que yo no tengo nada que ver.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Que no tienes nada que ver? – Natalie subió un poco el tono de voz - ¡Es tu hijo! Tú le has educado, es igualito que tú. Sois unos hijos de puta. ¿Sabes cómo está Lily? ¿Lo has leído el periódico, verdad? Porque ni siquiera me has llamado para preguntarme. No te importa nada. Estarás preocupado por cómo te afecta esto, ¿no? Allá arriba se habrán enterado de lo que ha hecho el desgraciado de tu hijo y te despedirán, lo sabes. Y si no lo hacen me ocuparé yo de ello<span> </span>con esto.</div><div class="MsoNoSpacing">Jason cogió el papel que Natalie había dejado en su mesa. Apenas había leído dos líneas Natalie siguió hablando. Había perdido toda la compostura, toda la firmeza. Temblaba y estaba a punto de llorar.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Es una denuncia – dijo – Por varias razones. La más importante de todas es por maltrato e intento de violación. La otra es por acoso.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Acoso?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Acoso. ¿No recuerdas cómo me obligaste a ir a comer contigo la primera vez bajo amenaza de despido? ¿Cómo yo me negaba a que tus sucias manos me tocaran? ¿Qué creías, que ahora estaba contigo por gusto? Nunca fue así. </div><div class="MsoNoSpacing">Jason Blake empezaba a cabrearse en serio. Esa estúpida le estaba tocando mucho los cojones. Él mismo había enseñado a su hijo a ligarse a chicas, ¿por qué tenía que elegir a la hija de su amante? Por otra parte comprendía el enfado de Fred con la hija de Natalie. La chica se había negado a tener relaciones con él. Una auténtica calientabraguetas, como su madre.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Piensa lo que estas haciendo, Natalie. Si me despiden muchos de tus compañeros pueden ir a la calle</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No me vengas con esas. Si tú te vas pondrán a otro en tu lugar, no hace falta modificar ningún puesto más. – dijo Natalie. Se inclinó sobre la mesa – Estás jodido, Jason. Lily está en coma, le he sido infiel a mi marido porque tú me has obligado y he sacrificado mi dignidad, pero te voy a sacar hasta el último céntimo. Eso es lo que te jode. Te voy a dejar tan pelado que no vas a tener ni para putas cuando no puedas forzar a nadie a estar contigo. Y tu hijo va a ir a un correccional para que no pueda hacerse más cabrón de lo que ya es. Y si lleva los mismos genes de hijo de puta que tú, al menos encerrado no podrá joderle la vida a más chicas. Quédate la denuncia, tengo más copias para mí.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><span class="Apple-style-span" style="font-size: 15px; line-height: 17px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;">Aguantando las últimas lágrimas que intentaban escapar de sus ojos, Natalie Cole se dio la vuelta y salió del despacho.</span></span></div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-15114473071470132922011-10-02T14:07:00.003+02:002011-10-02T14:08:14.066+02:00Capítulo 5: Final<div class="MsoNoSpacing"> - Cariño…cariño, despierta</div><div class="MsoNoSpacing">Abrí un poco un ojo y la luz me cegó. Estaba muy cansada. No recordaba cuando me había dormido, pero sabía que no había sido pronto.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lily, despierta…</div><div class="MsoNoSpacing">Me incorporé. Debía disimular delante de mi madre, que estaba allí, llamándome.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lily, ¿estás bien?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí, ¿por qué?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Te has dormido vestida. Y no tienes buena cara.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No pasa nada – mentí – Un descuido anoche, no me puse el pijama.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Toma – me dijo pasándome su móvil – es Monica.</div><div class="MsoNoSpacing">Cogí el teléfono y eché a mi madre con gestos. </div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Monica? – pregunté.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Lily! Por fin contacto contigo. Te he estado llamando al móvil, pero me salía que le tenías apagado…</div><div class="MsoNoSpacing"> - Ya, ya, ya lo sé. – recordé cómo el día anterior había apagado el móvil para evitar contacto con el mundo exterior.</div><div class="MsoNoSpacing"> - He hablado con Nadia…</div><div class="MsoNoSpacing"> - Oye, Monica, si me vas a echar la bronca te cuelgo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Joder, se nota que te acabas de levantar – me repredió – Yo sólo quiero hablar, no quiero echarte la bronca.</div><div class="MsoNoSpacing"> Suspiré y esperé a que siguiera hablando</div><div class="MsoNoSpacing"> - Pero…creo que deberías haber hecho caso a Sam.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Por qué todo el mundo cree que Sam es Dumbledore? Que yo sepa Sam no es un sabio de los maiar. Se puede equivocar, ¿sabes? No conoce a Fred.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Ya, ni tú tampoco. Y eres la primera que dice que Sam nunca se equivoca.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Todo el mundo se equivoca, nadie es perfecto – repliqué</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sam se acerca.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Qué has dicho? – pregunté sorprendida.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Que Dumbledore tampoco era ningún Maiar. ¿No estarás refiriéndote a Gandalf? Oyes cuando hablamos de eso, te quedas con un par de ideas y lo lías.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Era el mismo actor, no me cambies de tema.</div><div class="MsoNoSpacing">Nos quedamos en silencio unos segundos</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lily…por favor, no hagas el tonto – me pidió</div><div class="MsoNoSpacing"> - No hago el tonto. Pero Fred es especial, ¿sabes? ¿No has sentido nunca una conexión especial con alguien? ¿No has sentido que le perdonarías todo? – esperé a que dijera algo, pero no obtuve respuesta y seguí – Sé que son tonterías, pero yo siento eso. Que aunque le acabe de conocer es especial. Y aunque haya hecho eso con Nadia se ha explicado. Supongo que ella te lo habrá contado. Pero Fred no tiene maldad.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Estás intentando decirme que te has enamorado de él? – me preguntó.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No lo sé – respondí a los pocos segundos – Pero me gusta.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Está bien. Igual que tú no puedes juzgar si Fred es malo o no…</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí puedo. Sé que no lo es. – la interrumpí.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No, no puedes. Necesitas conocer a la gente, no es una estúpida película, Lily. Igual que tú no puedes juzgar si Fred es malo o no, yo no puedo juzgar si es bueno. Así que te dejaré en paz. Tú sabrás lo que debes hacer. Pero no hagas locuras.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No las haré, te lo prometo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Tengo que irme. Te quiero, Lily.</div><div class="MsoNoSpacing">Me sorprendí. Monica no mostraba fácilmente sus sentimientos. Y aunque yo sabía que me quería, nunca me lo decía.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Te quiero, Monica.</div><div class="MsoNoSpacing">Colgé y me levanté. Por lo menos tenía a Monica. Parecía más comprensiva que Nadia con el tema. Pero aún así me cabreba que nadie creyera lo que yo creía. Que Fred no era malo, no tenía maldad. ¿Cómo se podía comportar con tanta dulzura alguien malvado? Una parte de mí me decía que no debía confiar tan rápido en nadie. Otra parte me decía que podía hacer una excepción.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Encendí el móvil. Al mismo tiempo que me llegaba un SMS las voces asaltaron mi cabeza de nuevo</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing"><i>Sólo ven. Adelántate al destino. Ven.<o:p></o:p></i></div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">Solté el móvil y dejé el SMS para después. Las voces se oían claras, más que nunca. Distinguí la voz de una niña pequeña, que me suplicaba. Por primera vez sentí todo el peso de lo que significaba oír voces. Estaba loca. Busqué algo que me alejara del mundo de locura, que me recordara lo normal y ordinario que era el mundo. Aquel mundo donde estabas majareta si oías voces. Cogí el móvil con manos temblorosas. Allí estaba el SMS:</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing"><i>Sé que pasan veinte minutos desde que tus padres se van a trabajar hasta que llega tu prima. Quizás haya una sorpresita en tu puerta durante ese periodo de tiempo ;)<o:p></o:p></i></div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">Aquel extraño SMS no ayuda a volver a mi mundo de normalidad. No había firma y yo no tenía el número de aquella persona. Miré el reloj. Mis padres ya se habrían ido haría diez minutos, lo que había tardado en hablar con Monica. Aunque quizás todavía estuvieran en casa, ya que yo tenía el teléfono de mi madre. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Bajé poco a poco las escaleras, pero no oí ningún ruido en la cocina ni en el salón. No había nadie en toda la casa, y los gemelos dormían. Di varias vueltas por el recibidor nerviosa. Me sobresalté cuando un sobre pasó por debajo de la puerta. Tuve la tentación de abrir corriendo para saber quién lo había metido. Pero, ¿y si era alguien peligroso? Me acerqué al sobre y lo cogí. “Lily” ponía en él. Mis manos seguían temblando, y abrí el sobre como un robot, esa mañana estaba siendo demasiado rara. Saqué un folio, mientras le desdoblaba se me ocurrió que la carta podía ser de Fred. Pero, ¿cómo podía tener él mi número? ¿Y por qué una carta?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">La hoja estaba completamente escrita. No había márgenes, la letra era pequeña pero elegante, las dos caras estaban repletas de letras. El sobre seguía pesando. Saqué otro folio. Dos. Tres. Cuatro. Cuatro folios iguales al primero.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Subí corriendo a mi habitación y tiré los folios sobre el escritorio. Comencé a leerles con ansia mientras las lágrimas corrián por mis mejillas. Eran poemas. Poemas hermosos. Todos apretujados, seguidos, frases sueltas, letras de canciones. Pero no lloraba por eso. No lo había visto antes, pero en la esquina derecha inferior de todos los folios firmaba Fred. Él había escrito hasta cuatro folios llenos de palabras de amor. Y era para mí. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Llegó Jen, pero no me molesté en salir de la habitación. Releía las hojas una y otra vez. ¿Alguien había hecho algo más hermoso y alocado que eso alguna vez? Seguramente sí, pero no me lo habían hecho a mí. Al mover rápidamente el sobre me llegó la fragancia que desprendía. Fred había perfumado el sobre, olía a lirios. Me recordó muchísimo a algo, pero no lograba recordar a qué. Me concentré en las hojas. Al final de la última hoja no había ningún poema, ni canción, ni frase. Era una invitación.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">“Voy a hacer una fiesta en mi casa dentro el sábado a las nueve de la noche. Exijo a la chica más preciosa de este mundo acudir. Lady Lilian, la espero.”</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">Esas líneas se repetían en mi cabeza una y otra vez la noche del sábado. Eran las nueve menos cuarto. No había visto a Fred desde entonces. No le había visto por la calle. No me atrevía a volver a ir a su casa, no tenía ninguna excusa. Le había mandado un sms preguntándole simplemente qué tal. Él me había respondido que bien, y que esperaba verme en la fiesta. Que no me podía ver hasta entonces.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">No tenía ni idea de a quién había invitado, ni qué debía ponerme. Pero yo ya estaba preparada con una camiseta palabra de honor rosa, unos pantalones cortos y unas sandalias negras. Procuré estar entre lo informal y lo elegante. Pero fui consciente de que no iba a conocer a nadie más que a Fred. Y ya eran las nueve menos cinco. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Cuando salí de casa noté que hacía más viento de lo normal. El cielo estaba repleto de nubes. Y mi cabeza volvió a jugarme una mala pasada.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><i>“Ven con nosotros. Ayúdanos. Ven. Será tarde, se está haciendo tarde. ¡No lo permitas!”<o:p></o:p></i></div><div class="MsoNoSpacing"><br />
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</div><div class="MsoNoSpacing">Me asusté, como siempre que las oía, pero decidí pasar de ellas esa noche. Tenía muchas ganas de ver a Fred. Nadie me iba a impedir ir a esa fiesta. Aunque Sam hubiera ido a mi casa los dos días anteriores a intentar convencerme de lo contrario. “No vayas. No sabes quién va a ir, no le conoces apenas, no debes caer más veces en la trampa”. Estúpido Sam y estúpidas voces. Antes de irse el día anterior me había vuelto a decir la también estúpida frase de “No te enamores”. Después de toda una tarde intentando convencerme de que lo que hacía estaba mal, no me salió otra cosa que “Nadie elije eso. Sólo pasa”. Qué moña me estaba volviendo.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Por supuesto, también había salido el tema de Nadia. No había vuelto a hablar con ella, aunque Sam también insistiera en que la pidiera perdón. Según él, ella lo estaba pasando mal. Fred también la había marcado. Y había jugado con ella. Pero yo no iba a dejarme amedrentar. Nadia había dudado de Fred, así que tan colada no estaría. Puede que muchos me llamaran egoísta, pero en aquel momento demasiadas cosas de mi vida habían cambiado como para ponerme a pensar en los demás. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">La casa de los Blake se erguía señorial delante de mí. Oía la música de dentro, y el murmullo de la gente. Crucé el jardín perfectamente cuidado y llamé al timbre, tan nerviosa como la última vez que lo había hecho. </div><div class="MsoNoSpacing">Fred me abrió la puerta. Iba vestido con una camisa negra, unos vaqueros y unas deportivas normales y corrientes. Más guapo de lo que le recordaba. Sonreí inconscientemente.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lily – dijo sonriendome </div><div class="MsoNoSpacing"> - Hola…- saludé vergonzosa.</div><div class="MsoNoSpacing">Iba a decirle que le había echado de menos esos días, que debería haberme llamado, quería picarle diciendo que no sabía por qué estaba allí si el pasaba de mí, pero Fred me cogió de la mano, me llevó a la entrada del salón y gritó:</div><div class="MsoNoSpacing"> - Chicos, está es Lily Cole. Espero que os portéis bien con ella, ¿eh?</div><div class="MsoNoSpacing">Todos me miraban y sentí como se me subían los colores. Habría unas veinte o treinta personas, en su mayoría chicos. Tan sólo había cinco chicas subidas a sus taconazos y embutidas en sus vestidos cortos y escotados. Me sentí un patito feo. </div><div class="MsoNoSpacing">Algunos saludaron con la cabeza y siguieron a lo suyo. Un par de chicos se me acercaron. Era como estar en un programa de la MTV, todos eran super guapos y super perfectos, y estos dos no se quedaban atrás. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Me llamo Ethan – saludó uno de ellos, lleno de piercings – Da gusto ver caras nuevas por aquí.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Encantada – dije cortada.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Rick, - dijo el otro chico, más bajito y rubio - ¿Desde cuando conoces a Fred?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Pues…desde hace unos días, pero había estado con él hace años…es el hijo del jefe de mis padres.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Sí, algo nos había comentado él. – dijo Ethan y se volvió hacia Fred – Oye tío, ¿nos la dejas un rato, no?</div><div class="MsoNoSpacing">Recé porque Fred dijera que no. Me daba mucha vergüenza estar rodeada de dos chicos que ni conocía.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Vale, pero cuidadla, ¿eh?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Te la vamos a cuidar tan bien que nos la vas a tener que dejar más días, ¿eh? – dijo Rick</div><div class="MsoNoSpacing">Los tres rieron por la broma, pero yo no lo había entendido. Ethan y Rick me llevaron hasta la mesa de la bebida y la comida y me plantaron un vaso en la mano.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bueno, Lily, ¿y cuántos años tienes? – preguntó Rick</div><div class="MsoNoSpacing"> - Dieciséis</div><div class="MsoNoSpacing"> - Este elemento también tiene dieciséis. Yo ya he cumplido los diecisiete – dijo Ethan.</div><div class="MsoNoSpacing">Unas tantas preguntas personales después, vi como Fred se acercaba. Pero lo que no me esperaba era que se pusiera a mi lado y me pasara el brazo por la cintura. </div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Qué tal la fiesta, chicos?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bien, bien. Pero creo que aún queda lo mejor – dijo Ethan. Los tres volvieron a reír. Yo sonreí para quedar bien.</div><div class="MsoNoSpacing">Vi como las cinco chicas de la fiesta me miraban con curiosidad y cuchicheaban entre ellas. Llevaban toda la noche así y me ponía muy nerviosa. </div><div class="MsoNoSpacing">Fred me cogió de la mano y me llevó fuera del salón, a un lado de la puerta donde nadie nos podía ver.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Todo bien, Lily?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Claro… - dije, y vi mi momento de atacar - ¿Por qué no has hablado conmigo hasta hoy?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bueno… - sonrió pícaro – Así los dos tendríamos más ganas de ver el otro.</div><div class="MsoNoSpacing">No pude seguir hablando. Fred me había arrinconado contra la pared y me estaba besando. El ruido del salón me recordaba que había gente, permitiéndome no dejar que el tiempo pasara sin enterarme. Pero pronto lo dejé de oír. No podía hacer más que devolverle el beso. Fred tenía razón. Así había conseguido que tuviera más ganas de verle. </div><div class="MsoNoSpacing">Sus manos fueron bajando desde la espalda hasta mi trasero. Me subió las piernas para que le rodeara con ellas, me cogió y empezó a subir las escaleras sin dejar de besarme. </div><div class="MsoNoSpacing">Me estaba poniendo muy nerviosa. No sabía que estaba haciendo, pero tampoco quería parar.</div><div class="MsoNoSpacing">Antes de que me diera cuenta estábamos en su habitación. </div><div class="MsoNoSpacing">Se separó de mí durante un momento para tumbarme sobre la cama. La habitación era grande, de color azul, llena de pósters de motos o coches. </div><div class="MsoNoSpacing">Hice el amago de levantarme, pero él no me dejó. Empezó a besarme el cuello mientras sus manos se metían por debajo de la camiseta</div><div class="MsoNoSpacing"> - Fred…- susurré – Fred, para.</div><div class="MsoNoSpacing">No me hizo caso, y me puse nerviosa de nuevo. Desató el nudo que sujetaba la camiseta y me le intentó quitar.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Fred, para! – dije más alto - ¿Qué haces?</div><div class="MsoNoSpacing"> - No seas estrecha, joder – dijo agarrándome las manos para que no forcejeara. Intenté liberarme a patadas, no me gustaba nada lo que estaba haciendo, fuera una broma o no. Me había conseguido quitar la camiseta y me besó para que me callara. Intenté librarme del beso mientras no dejaba de agitar las piernas. Conseguí darle una patada y se apartó un poco</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Pero qué haces, idiota? Deja de patalear como una niña pequeña – gritó</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Qué haces tú? – grité asustada - ¡Déjame en paz, no quiero!</div><div class="MsoNoSpacing"> - No me vas a joder esto, estúpida.</div><div class="MsoNoSpacing">Me pegó una bofetada. Fui consciente de todo lo que estaba pasando. No conocía a nadie en esa fiesta, y posiblemente tampoco me querrían ayudar. Había sido estúpida al no hacer caso a Sam, Nadia y Monica. Ahora todo lo que yo había creído me parecía tan estúpido que me entraban ganas de llorar. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Tenía las muñecas firmemente sujetas por Fred, e intetó desabrocharme el pantalón con una mano. Volví a las patadas, pero no podía hacer mucho ya que él estaba encima de mí.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡SOCORRO! – grité con todas mis fuerzas - ¡POR FAVOR, AYUDADME! ¡POR FAVOR!</div><div class="MsoNoSpacing"> - Que no te van a ayudar, cállate un poco – dijo Fred. Otra bofetada. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">“Es tu última oportunidad. Corre. No tiene que obligarte. Tienes que venir antes de que sea tarde. ¡QUEDA MUY POCO, LILIAN!”</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">La voz de aquella niña en mi cabeza se oyó débil entre tanta confusión. Pero tenía razón, debía correr. </div><div class="MsoNoSpacing">Fred se quitó la camisa y siguió besándome el cuello y el pecho mientras intentaba quitarme los pantalones. Logré liberar una mano y le empujé, pero él tenía más fuerza. </div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Suéltame, por favor! ¡SUÉLTAME! – grité desesperada.</div><div class="MsoNoSpacing">Se levantó enfurecido y me pegó una bofetada más fuerte que las anteriores. </div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Para quieta! ¿Prefieres que lo haga por las buenas o por las malas?</div><div class="MsoNoSpacing">Empecé a llorar. Quería irme de allí, pero Fred tenía más fuerza que yo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Por qué yo? Yo no quiero. Coge a otra chica.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Ellos te han elegido a ti</div><div class="MsoNoSpacing"> -¿Quién? ¿Por qué? – pregunté asustada</div><div class="MsoNoSpacing"> - Esas chicas que están en la fiesta ya son del grupo. Tú puedes serlo. Y yo puedo serlo si hago esto.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Por favor, déjame – supliqué. No entendía nada.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Podemos ser miembros del grupo más selecto de toda la ciudad. Pero esto es una prueba. No sabes la de privilegios que podemos tener.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Yo no quiero ser miembro de ningún grupo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Por eso era un reto follarte. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Para, para, ¡yo no quiero hacer nada! – grité como pude. El llanto me quedabraba la voz.</div><div class="MsoNoSpacing">Fred no respondió y siguió intentando desnudarme. No soportaba sus manos sobre mí, manoseándome como si fuera un objeto. </div><div class="MsoNoSpacing">Por fin conseguí liberar la otra mano. Empecé a dar puñetazos a ciegas y alcancé la cara de Fred en un par de ocasiones. Me incorporé un poco pero él me agarró del pelo y me obligó a tumbarme. Sentí las bofetadas, una por cada insulto que salía de su boca. Rodé por la cama y caí al suelo. Hice acopio de todas mis fuerzas y me levanté. Salí corriendo de la habitación y Fred me persiguió. Conseguí cerrar la puerta para ralentizarle y bajé las escaleras lo más rápido que pude. Al pasar por el salón todos se me quedaron mirando.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Eh! ¡Se le está escapando! – gritó uno de ellos.</div><div class="MsoNoSpacing"> Abrí la puerta principal con dificultades, Fred me estaba alcanzando. Nada más salir al jardín consiguió agarrarme del pelo. Grité del dolor y caí al suelo. Fred estaba fuera de sí. Estaba de pie delante de mí y me daba patadas en el abdomen y las piernas. Me empecé a sentir realmente mal, no podía soportar el dolor. De pronto paró y se quedó observándome. Me atreví a abrir los ojos. Sólo se oía mi voz llorosa suplicando.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Nadie juega conmigo de esa forma, niña estúpida – dijo con la voz llena de rabia. Otra patada en el abdomen. Tenía ganas de vomitar. Se agachó y me escupió en la cara ensangrentada. Aparté la mirada de él, pero vi como cogía una piedra decorativa del suelo. Sentí el fuerte impacto en mi cabeza, un dolor más intenso del que había sentido en la vida. </div><div class="MsoNoSpacing">Lo último que vi fueron unos lirios.</div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-58902192442374344882011-09-20T18:50:00.003+02:002011-09-20T18:50:57.880+02:00Capítulo 4: Tres días.<div class="MsoNoSpacing"><i>Te necesitamos. Ven. Ayúdanos. Ven a nosotros. Corre. No dejes que sea tarde.Ven. Ven.¡VEN!<o:p></o:p></i></div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Sacudí la cabeza. “¿Pero qué mierdas te pasa, Lily?” me pregunté. Estaba parada delante de la puerta de los Blake. Había tocado el timbre. Y miles de voces se habían abalanzado sobre mí, gritaban en mi cabeza. Estaba loca. Esa mañana me había despertado por los mismos gritos. Pensé que habían sido fruto de un sueño, pero ahora volvían. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Seguí uno de los muchos consejos que Sam me había dado por la noche, aunque yo ya tenía pensado hacer. Hablar con Fred, aclarar las cosas y olvidarme de su existencia. Sonaba muy fácil. Hasta que el muy estúpido me abrió la puerta sólo con los pantalones del pijama.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Hola – saludé seria.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Huy, hola, Lily. Perdón por recibirte así – dijo sonriendo pícaro.</div><div class="MsoNoSpacing">Me invitó a pasar y nos sentamos en el salón. Igual que el día anterior en el mío.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Recibes así a todo el mundo?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- En realidad no.</div><div class="MsoNoSpacing">Pasé de él. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Así que Nadia, eh?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Ooohh…eso…- se pasó la mano por el pelo. El pelo despeinado que le hacía tan guapo - ¿Estás molesta?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No. Sí. ¿Tú de que vas?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span><span> </span>- ¿Pero somos algo? ¿Por qué te molesta?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Puede que tú veas normal liarte con una chica que acabas de conocer y luego con su amiga, pero yo no lo veo así – repetí las palabras que le había dicho a Nadia la noche anterior.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¡Me tratabas como si fuera una mierda! Eras tú la que me ponía mala cara a todo, ¡pensé que no te interesaba!</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Y por eso te besé? </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Yo también participe en el beso, ¿eh? Y en todos los de aquella tarde. ¿Por qué los tuyos eran sinceros y los míos no?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No me líes – respondí. Me estaba poniendo de los nervios - ¿Qué quieres de mí?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Me gustabas.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Ya no? – pregunté. Quizás se me notó dolida. Lo estaba.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No sabía que eras así</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¡No sabías cómo era y punto, nos acabábamos de conocer!</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Crees que no me conoces? ¡Ese es el problema, no tenías ni puta idea de quién era yo! ¿Cómo podéis las tías jugar así? Me dejo engañar – gritó furioso</div><div class="MsoNoSpacing">Me quedé descolocada. No tenía ni idea de qué estaba diciendo. Está claro que yo le acababa de conocer. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Mi padre lleva siendo el jefe de tu madre desde siempre. Y yo siendo su hijo. De pequeños jugábamos juntos de vez en cuando. Estaba por ti. Y hace sólo tres años cenamos juntos en el aniversario de la empresa. Pero tú no te acuerdas de nada. Esperaba que te acordaras de mí cuando me vieras, pero no fue así. Y decidí actuar como si nunca me hubieras conocido. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Pues eso de estar por mí se te ha pasado, al parecer – dije dolida. Me había dolido lo que había dicho. Pero porque era verdad. Le recordé de pronto, ahora sabía cómo se llamaba ese chico que ocupaba un par de recuerdos. Pero no se parecía en nada a cómo era ahora, no lo podría haber reconocido.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Sólo quería saber si te enfadarías si te daba celos. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>-Gran plan. Sabes que no me acordaba de ti y me das celos el primer día</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Después de que nosotros…</div><div class="MsoNoSpacing">Nos quedamos en silencio. Yo ya no sabía que decir. Estaba bloqueada, como con Sam. Podría haber preguntado muchas cosas pero me callé. Y sin querer, empecé a llorar.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No llores – me respondió serio. – Me dan ganas de abrazarte.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Eres un estúpido. No me conoces. Puedo haber cambiado.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Pero no lo has hecho.</div><div class="MsoNoSpacing">Y ocurrió. Me besó. Como algo natural, como se besan las parejas que llevan mucho tiempo juntos. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><i>¡¡VEN!! ¡¡VEN!! ¡¡PUEDE SER TARDE!! ¡¡EL TIEMPO ES ORO!! <o:p></o:p></i></div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Las voces me azotaron de nuevo. El tiempo era oro, y yo le había perdido como si ese oro fuera líquido y se me escapara entre los dedos. El tiempo con Fred dejaba de existir. Por eso fui mucho más consciente de los minutos pasados cuando se separó de mí.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Mi madre llegará de comprar – dijo – No sería agradable que nos pillaran.</div><div class="MsoNoSpacing">Sonreí. Aunque pareciera increíble sonreí.<span> </span>Entonces recordé que no había ido allí a eso. Que no debía haberle besado. Pero me dolió más pensar que me tenía que separar de él. ¿Cómo puedes colgarte tanto de una persona en tan poco tiempo? No podía entender nada de lo que ocurría en mi interior. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Y tu madre no te dice que te quites el pijama a las cinco de la tarde? </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No, a mi madre le da igual eso – respondió.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Será mejor que me vaya…- dije tristemente – No quiero meterte en líos…</div><div class="MsoNoSpacing">Me levanté y fui hacia la puerta.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Lily…- me llamó.</div><div class="MsoNoSpacing">Me giré y me encontré con él. Se acercó y me besó. Otro beso de los suyos. De los que hacían desaparecer el tiempo. No sé el tiempo que pasó, pero nos tuvimos que despedir. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Salí a la calle. Las preciosas casas de mi alrededor, Lovegood’s Park, el cielo sin nubes, todo me parecía feo y a la vez hermoso. Todo parecía más bonito ahora. Pero todo era más feo sin él.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Llegué a casa sin saber qué hacía. Me puse cómoda, encendí el ordenador. Miraba pero no veía. Mis pensamientos estaban lejos de mi casa. Pero Nadia estaba conectada. Debía contarlo. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Eres tonta. Eres tonta, Lily. La has cagado. ¿Por qué lo has hecho? ¿Darte celos? Eso es super raro.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Qué hacer, qué decidir, qué vivir dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Lo sé. ¿Y qué hago?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Qué te aconsejó Sam?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Qué hacer, qué decidir, qué vivir dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Que me alejara. Y que no me enamorara. ¿Desde cuando haces caso a Sam?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Es un seto, pero tiene razón.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Un horrible pensamiento se me cruzó por la mente. ¿Por qué Nadia insistía tanto? Estaría celosa. Fred se había liado con ella sólo por darme celos.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Qué hacer, qué decidir, qué vivir dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Estás celosa?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Vete a la mierda, Lily</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Qué hacer, qué decidir, qué vivir dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Qué coños te pasa? Fred se ha explicado.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Y tú te lo crees? ¡DESPIERTA, LILY! ¿Y yo qué? Me ha utilizado, como si fuera un objeto. Y a ti también. Y tú pasas de hacernos caso a mí o a Sam para morrearte con un gilipollas que conoces desde hace dos días.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Qué hacer, qué decidir, qué vivir dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No quiero discutir contigo. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No quieres ver la verdad.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Qué hacer, qué decidir, qué vivir dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Estoy harta. Dejadme hacer por una vez en toda mi vida lo que me de la gana.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Apagué el ordenador. Estaba furiosa. Le pegué una patada a la silla. La moqueta amortiguó el golpe. Grité mordiendo la almohada para que el ruido no saliera de allí. Tenía ganas de romper cosas, de gritarle a alguien. Pero fue alguien quien me gritó a mí. Las voces se oyeron fuertes en mi cabeza.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><i>TRES DÍAS<o:p></o:p></i></div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-537757929332950632011-09-20T18:50:00.000+02:002011-09-20T18:50:03.456+02:00Capítulo 3: Consejos<div class="MsoNoSpacing">Volví a leer. Una y otra vez.<span> </span>No, mis ojos no me engañaban. Es increíble como se puede pasar de la felicidad a la tristeza y la confusión en tal sólo un instante. Había sido una tonta. Había confiado en un chico que acababa de conocer, me había hecho ilusiones, había permitido que jugara conmigo. Nadia insisitó al ver que yo no respondía. También había jugado con ella, o eso supuse. Me imaginé a Fred chuleando con sus amigos, había conseguido a dos chicas en un solo día. Las lágrimas brotaron de mis ojos sin que pudiera hacer nada para detenerlas.<span> </span>Debía responder a Nadia, pero ahora no tenía ganas. “Ahora vengo”, la dije sin más. Mis músculos se negaban a moverse y permanecí llorando en silencio.</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin-left: 70.8pt; text-indent: -70.8pt;">El reloj digital de mi mesilla dio las doce, y pocos minutos después, mi padre entraba en casa.</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin-left: 70.8pt; text-indent: -70.8pt;"><span> </span>- ¿Lily? – dijo desde abajo, no muy fuerte para no despertar a los gemelos.</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin-left: 70.8pt; text-indent: -70.8pt;"><span> </span>- Hola – respondí lo más neutral que pude</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Siento llegar tan tarde – siguió diciendo mientras subía por las escaleras – No veas la de trabajo que me ha dado el jefe. Ya no sé si me quiere ascender o sólo hacerme la puñeta. ¿Y tu madre?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Aún no ha llegado – dije enjugándome las lágrimas antes de que llegara.</div><div class="MsoNoSpacing">Demasiado tarde, tenía los ojos rojos <span> </span>y él me vio.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Lily, ¿estás bien – dijo David.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Sí, no te preocupes</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No lo parece. ¿Estás llorando?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No, creo…que he cogido un resfriado o algo – respondí rápidamente</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Sé que es difícil confiar en los padres y contarles las cosas, y si además es un padrastro más…pero que sepas que puedes contarme lo que quiera. Yo también he sido adolescente.</div><div class="MsoNoSpacing">“Seguro que no eras tan tonto de liarte con cualquiera, rayarte y que se líe con tu mejor amiga” pensé. Claro que no. No había nadie tan tonto.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- En serio, sólo es una tontada que me ha pasado con las chicas…lo solucionaremos.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Vale. Te dejo tranquila – respondió. Puede que se lo hubiera creído o puede que no. En ese momento no me importaba. - ¿Entonces tu madre no ha llamado ni nada?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- No, nada. Sólo para avisar de que llegaba tarde y tú tenías una reunión, nada más.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Esto es muy raro – dijo saliendo de la habitación.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Volví la cara al ordenador. Nadia se impacientaba y me mandaba zumbidos. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¡LILY! ¿QUIERES VOLVER? ¿SABES LO SÚPER FUERTE QUE ES ESTO?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Sí. La que no lo sabe eres tú</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Qué? ¿Qué dices?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Decidí soltarlo de un golpe. No sabía cómo decirlo de otra forma, la verdad.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Esta tarde, tu nuevo ligue se ha liado conmigo. De ahí que estuviera en mi casa, Nadia. Ha venido, ha comido conmigo y después me ha empezado a besar. Horas. Y ahora esto.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Es broma. Sí, es broma.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No. Es todo verdad.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Y por qué no me lo has contado? ¿Es que estás loca? ¿Tú sabes cómo se ha portado él? Oye Lily, sólo ha sido un momento…diez minutos quizás, mientras venía el autobús. Yo no sabía nada. Yo no espero nada de él.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No importa. Soy tonta, ¿me crees capaz de enrollarme con un tío que acabo de conocer? Esto estaba cantado.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Y yo sí soy capaz de enrollarme con un tío que acabo de conocer, no?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Lo has hecho</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Y tú</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice: </div><div class="MsoNoSpacing">Oye, para. Tú te has liado con montones de chicos, sabes que yo no soy así. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Lo dices como si fuera malo. ¿Qué harás ahora? ¿Qué sientes por él?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No sé.<span> </span>Me gusta…</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Al momento de escribirlo me arrepentí.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Me gustaba. Nadia, ¿qué hacemos?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No sé. Tú lo que has conocido primero, es para ti. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Eso es absurdo. ¿A ti te gusta?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No sé. Es mono…y parecía majo. Pero ahora no sé que pensar.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Oí como la puerta de casa se abría. Esperaba que mi madre no subiese.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Hay que apechugar. Mañana hablaré con él.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Seguro que quieres hacer eso?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Sí. Yo no voy a dejar las cosas así. Puede que para él sea normal liarse con dos tías en un día, y además que son amigas. Pero para mí no. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Alguien se había conectado y me hablaba. Era Sam. Por fin tenía noticias de él. Debía haberle llamado, no había hablado con él en todo el día, y me supo mal.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam--The child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Hola, hola</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Hola, Sam </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam--The child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Oy, oy, oy, que seco ese saludo. ¿Qué te pasa?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Dudé si contárselo. Era Sam, mi Sam. Debía hacerlo, él siempre tenía algún sabio consejo. Y si no, se inventaba un amasijo de palabras complicadas de las que no sacaba conclusiones.</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin-left: 70.8pt; text-indent: -70.8pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Demasiadas cosas.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam-- The child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Quieres hablar?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Sí…es largo, pero te lo voy a contar.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam—The child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Vale, tengo la noche libre, ¿y tú?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Qué?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam-- <span> </span>The child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Claro. Estás mal, ¿no? No te puedo ayudar detrás de la pantalla del ordenador</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Sam, son las doce.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam—The child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Bueno, ¿y qué? Lily está mal, debo hacerlo <span style="font-family: Wingdings; mso-ascii-font-family: Calibri; mso-ascii-theme-font: minor-latin; mso-char-type: symbol; mso-hansi-font-family: Calibri; mso-hansi-theme-font: minor-latin; mso-symbol-font-family: Wingdings;"><span>J</span></span></div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Y cómo salgo de mi casa? ¿Qué excusa pongo? Es martes.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam-- The child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Sí, pero es verano. Va, que me estoy quedando helado en el parque este.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Qué?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">--Sam-- Te child is grown, the dream is gone dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Pues eso. Lovegood’s Park, ¿no? Estoy aquí. No te he visto en días, y hoy no he hablado contigo, perdóname por ser un amigo que te echa de menos. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Ahora salgo, estúpido. No me puedo creer que hayas venido a estas horas.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Me despedí corriendo de Nadia diciéndola que estaba muy cansada. Nos habíamos quedado calladas, yo por hablar con Sam, y ella supongo que pensando en lo ocurrido. Cogí una chaqueta y bajé al primer piso. Mamá y David cenaban en silencio, notaba cierta tensión en el ambiente. No se habían acordado de mí, o habían supuesto que ya había cenado. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Ehh…yo…- empecé – tengo que salir un momento.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿A qué? – me preguntó mamá</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Nadia se ha dejado unas cosas de la piscina en casa. Ha venido y se lo voy a dar – dije rápido, y me escabullí de allí cuanto antes.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Lovegood’s Park estaba justo al lado si sabías ir. Sólo había que girar dos veces a la derecha después de la casa de Fred. Pero Mónica y Nadia se habían paseado antes por todas las casas antes de llegar a la mía. La casa de Fred…miré y vi varias luces encendidas. Sin querer reduje el paso al pasar a su lado. Había gente en el salón. Oí un grito de su padre, que discutía con alguien. Todo el mundo discutía hoy, a todo el mundo le pasaban cosas malas. No era un buen día.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Lovegood’s Park tenía una preciosa zona verde, con bancos y mesas para ir a comer. Pero aquel chico larguirucho me esperaba sentado en uno de los columpios, con el flequillo castaño claro sobre la frente, como siempre. Me senté en el otro columpio.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Cómo has venido? – pregunté</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Me ha traído Zack</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Tu hermano te ha traído aquí? ¿Por qué?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Su novia vive dos barrios mas allá. Y sí, va a ver a su novia a las 12 de la noche, sus padres no están. Ahórrate los comentarios, todos pensamos lo mismo. Está claro que van a jugar al Monopoly. </div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Pero por qué te ha traído a ti? – pregunté después de reír un rato.</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- Le dije que venía a ver a una amiga que hacía tiempo que no veía. A él le da igual, simplemente me tocó un poco las narices, y eso puedo aguantarlo…Oye, Lily, no quiero ser pesado, pero ¿qué te pasa?</div><div class="MsoNoSpacing"><span> </span>- ¿Ves esa casa? – dije señalando con la cabeza el caserón de Fred – Todo es culpa del que hay ahí dentro.</div><div class="MsoNoSpacing">Me desahogué. Le conté todo a Sam. Cómo<span> </span>había comido con Fred, lo que pasó después y lo de Nadia. Escuchó todo con atención. No sabía qué iba a responder. Seguramente me diría que era tonta, y que yo no era así, que estaba cambiada. </div><div class="MsoNoSpacing"><o:p> </o:p><span> </span>- No te enamores – dijo Sam.</div><div class="MsoNoSpacing">No era eso lo que me esperaba. Pero era un buen consejo. Podría haberle preguntado por qué, por qué él sabía que no debía enamorar de Fred, por qué no decía nada más. Pero no dije nada. Él me abrazó. </div><div class="MsoNoSpacing">Fred Blake nos observó desde casa.</div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-12577093552783430932011-09-11T18:26:00.000+02:002011-09-11T18:26:52.688+02:00Premios¡Buenaaas! Esta vez no publico un nuevo capítulo, sino que, pese a haber subido solo dos capítulos, me han dado un premio, que por cierto, me ha hecho muchísima ilusión.<br />
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<span class="Apple-style-span" style="background-color: #1c1c1c; font-size: 15px; line-height: 20px;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;"></span></span><br />
<div style="border-bottom-color: initial; border-bottom-style: none; border-bottom-width: medium; border-left-color: initial; border-left-style: none; border-left-width: medium; border-right-color: initial; border-right-style: none; border-right-width: medium; border-top-color: initial; border-top-style: none; border-top-width: medium; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;">Las reglas de este premio son:</span></div><div style="border-bottom-color: initial; border-bottom-style: none; border-bottom-width: medium; border-left-color: initial; border-left-style: none; border-left-width: medium; border-right-color: initial; border-right-style: none; border-right-width: medium; border-top-color: initial; border-top-style: none; border-top-width: medium; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;">1_ Anunciar el premio en una entrada.</span></div><div style="border-bottom-color: initial; border-bottom-style: none; border-bottom-width: medium; border-left-color: initial; border-left-style: none; border-left-width: medium; border-right-color: initial; border-right-style: none; border-right-width: medium; border-top-color: initial; border-top-style: none; border-top-width: medium; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;">2_Agradecer a quien te ha premiado poniendo el link de su blog.</span></div><div style="border-bottom-color: initial; border-bottom-style: none; border-bottom-width: medium; border-left-color: initial; border-left-style: none; border-left-width: medium; border-right-color: initial; border-right-style: none; border-right-width: medium; border-top-color: initial; border-top-style: none; border-top-width: medium; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;">3_ Compartir una de tus frases favoritas.</span></div><div style="border-bottom-color: initial; border-bottom-style: none; border-bottom-width: medium; border-left-color: initial; border-left-style: none; border-left-width: medium; border-right-color: initial; border-right-style: none; border-right-width: medium; border-top-color: initial; border-top-style: none; border-top-width: medium; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;">4_ Premiar a 10 blogs.</span></div><div style="border-bottom-color: initial; border-bottom-style: none; border-bottom-width: medium; border-left-color: initial; border-left-style: none; border-left-width: medium; border-right-color: initial; border-right-style: none; border-right-width: medium; border-top-color: initial; border-top-style: none; border-top-width: medium; text-align: left;"><span class="Apple-style-span" style="font-family: inherit;">5_ Avisar a los premiados.</span></div><br />
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Primero, muchísimas gracias a La luz de mi oscuridad, o Charlotte Bennet, por darme este premio. Aquí tenéis su blog:<br />
<a href="http://laluzdemioscuridad.blogspot.com/">http://laluzdemioscuridad.blogspot.com/</a><br />
Os recomiendo leerlo, es una historia fantásticamente escrita, transmite mucho y engancha desde el primer momento.<br />
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Yo de frases no sé mucho, ni me acuerdo de grandes frases históricas de personas importantes, así que tendré que tirar de la letra de mi canción favorita, "The heart never lies" de McFly:<br />
But we are the lovers, if you don't believe me, then just looking to my eyes, cause the heart never lies.<br />
( Somos los amantes, si no me crees, sólo mírame a los ojos, porque el corazón nunca miente )<br />
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Pues bueno, estos son los blogs que voy a premiar. No conozco demasiados, pero no voy a dar premios al tuntún, sólo a los que me gusten de verdad. Ahí va:<br />
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<a href="http://besosprohibidos-carla329.blogspot.com/">http://besosprohibidos-carla329.blogspot.com/</a><br />
<a href="http://cronicasdethaishat-carla329.blogspot.com/">http://cronicasdethaishat-carla329.blogspot.com/</a><br />
<a href="http://laluzdemioscuridad.blogspot.com/">http://laluzdemioscuridad.blogspot.com/</a><br />
<a href="http://www.mividaenmanhattan.blogspot.com/">http://www.mividaenmanhattan.blogspot.com/</a><br />
<a href="http://atraccion-carla329.blogspot.com/">http://atraccion-carla329.blogspot.com/</a><br />
<a href="http://tryingtosmile-carla329.blogspot.com/">http://tryingtosmile-carla329.blogspot.com/</a><br />
<br />
Sé que son pocos, lo siento, pero ya he dicho que no conozco demasiados, y no me quiero poner a premiar a lo tonto sin que de verdad se lo merezcan. Espero conocer más blogs a los que premiar más adelante :)<br />
<br />
Un beso, y gracias a todos por leer y por estos maravillosos blogs.Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-9237243370556131642011-09-09T14:37:00.003+02:002011-09-09T15:10:35.912+02:00Capítulo 2: Cosas que contar<div class="MsoNoSpacing">Allí estaba yo. Con una pizza que pensaba disfrutar yo sola y mi vecino gorrón metido en casa. Desde luego mi plan para comer sola y agusto no había salido muy bien. Esperé que Fred se ofreciera a ayudarme a poner la mesa, pero se sentó y esperó a que yo lo hiciera todo. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Pues tienes una casa muy bonita – comentó mientras ponía los platos.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Gracias – respondí sin más.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Parece mentira que hayáis traído tantas cosas y las hayáis colocado en tan poco tiempo, ¿no? – siguió hablando</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bueno, Dav…mi padre – debía dar una imagen de hijastra buena y agradable con su padre, y llamandole por su nombre de pila, como muchas veces hacía, no conseguiría nada – quiso colocar todo enseguida, dice que vivir en una casa sin amueblar y sin nuestras cosas personales es no tener hogar.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Pues yo creo que tiene razón. – dijo sin más, y esperó unos segundos para seguir – Lily, ¿puedo preguntarte algo?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Claro – dije, aunque con miedo, encima de gorrón, metomentodo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Cómo es que te apellidas como tu padrastro? ¿No tienes el apellido de tu padre biológico?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Mi madre me ofreció cambiarme el apellido. Si no lo hubiera hecho, sería la única de la familia que no se apellidara Cole. Además no tengo mucho aprecio a mi verdadero padre. Nos abandonó cuando yo era muy pequeña. No le he vuelto a ver, y no ha hecho intento de comunicarse conmigo, y aunque mi madre le mandó una carta para comunicarle que yo me quería cambiar el apellido, él simplemente respondió que le parecía bien y pasó del tema.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Vaya. Es una pena que las cosas con tu padre estén así. Pero al menos tienes a tu padrastro.</div><div class="MsoNoSpacing">Asentí y seguí comiendo antes de que ese aprovechado me robara toda la pizza. Eran las dos y media y faltaban solo dos horas para que llegaran las chicas. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Cuando acabamos, Fred siguió en su moda de pasar de ayudar, así que le dije que podía ir al salón mientras yo recogía. Mejor eso que un tío mirando como hacía todo el trabajo. Fui al salón y me le encontré mirando la caja de un juego de zombies de la Play. </div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Sabes jugar? – me preguntó</div><div class="MsoNoSpacing"> - Claro, si no no estaría ahí</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Una chica matando zombies?</div><div class="MsoNoSpacing"> - No, ¿sabes? Es de mi hermano Tom, que tiene 18 meses y sólo sabe decir mamá, papá y caca – respondí irónica y él soltó una carcajada.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Me senté en el sofá. Qué situación más surrealista. Y lo fue más cuando Fred se sentó a mi lado, y por primera vez, le toqué. Fue extraño. Aunque sabía que la situación era lo de más rara, no me sentía incómoda con Fred. Conectamos desde el principio. Ahora le tenía al lado, con su brazo y su pierna derecha pegados a mí. Me atreví a mirarle. Sí, parecía un chico majo. El pelo rubio perfectamente peinado de forma despeinada quedaba genial con su cara, todavía con restos de la niñez y la sonrisa traviesa. Por un momento recordé a Sam. Él también tenía ese pelo rubio y esa cara de niño. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Lily…- empezó Fred</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Sí?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Gracias por haberme invitado. – error, se había invitado él solo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - De nada. Así no como sola</div><div class="MsoNoSpacing"> - Me alegra que alguien de mi edad haya venido a vivir al barrio. Y más si es una chica tan guapa y tan maja.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Hala, pelota.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No soy pelota. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Yo también me alegro de haberte conocido – dije después de unos segundos.</div><div class="MsoNoSpacing">Mientras hablábamos notaba como él me miraba, y yo sólo conseguía mirar al frente. Sí. Definitivamente, la tele era gris. Por si acaso, y para asegurarme, seguí mirándola. ¿Qué interes tenía mirar a Fred? Era un chaval que acababa de conocer, muy majo y que se alegraba de conocerme. Y yo a él. Punto. Pero a Fred no le parecía tan sencillo, y cuando volvió a hablar, noté su voz más cerca.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No todos los días se puede estar a solas con una chica así. – susurró a mi lado. Sonreí como respuesta, y le miré, solo un segundo. Bastó. Así, de pronto, como un parpadeo, los labios de Fred Blake estaban contra los míos, y mi mente hacía todo tipo de conjeturas e hipótesis a la vez que se volvía loca con el beso de aquel chico. ¿Qué estaba pasando? Yo no era así. Yo no me lanzaba al cuello del primero que pasaba, ni mucho menos dejaba que lo hicieran conmigo. Pero quizás, no era tan malo hacer eso. Quizás es que yo estaba anticuada y leía demasiados libros romanticones. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">No era tan malo, me repetía. La casa estaba vacía y un vecino había venido a comer. Era el hijo del jefe de mis padres, venía de buena familia. Era agradable, simpático, guapo, y habíamos conectado. Ningún problema.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Tanto pensar y no me daba cuenta de lo que hacía. Fred seguía besándome y yo allí con mi pensamientos de abuela. </div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Pensé que no besaba mal. ¿Y si tenía “demasiada” práctica? Me recordé que no debía pensar en esos momentos, ¿por qué me empeñaba en estropear las cosas?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Pero tan rápido como llegó, se fue. Fred se separó de mí y me miró con deseo. No moví ni un músculo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿No vas a abrirlas?- preguntó</div><div class="MsoNoSpacing">¿Qué? ¿Cómo? ¿Abrir el qué? Pero sería guarro el tío.</div><div class="MsoNoSpacing"> - La puerta, Lily – siguió ante mi cara de asombro – Han llamado al timbre, ¿no lo has oído?</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Eh? Sí, claro, voy</div><div class="MsoNoSpacing">Me levanté del sofá con las piernas temblando y volví al mundo real. No había oído el timbre, pero ahora oía las voces nerviosas de dos chicas al otro lado de la puerta. Por eso Fred me había preguntado que si iba a abrirlas. Nadia y Monica. Abrí aún con cara de tonta.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Eh, niña, ¿tú qué? – fue el saludo de Nadia – Te estábamos esperando en el parque, lerda.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Oh…vaya, lo siento mucho – me disculpé. ¿Tanto tiempo había pasado con Fred? – He estado…liada. ¿Cómo habéis llegado?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Leyendo los buzones de todo el vecindario – respondió Nadia</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bueno, los que hay, la mayoría de las casas están vacías – añadió Monica.</div><div class="MsoNoSpacing">Me acerqué a ellas y cerré un poco la puerta a mi espalda.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Chicas, tengo un…pequeño problema – susurré</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Un problema? ¿Qué pasa? – vociferó Nadia. Ella siempre tan cuidadosa.</div><div class="MsoNoSpacing">La puerta se abrió y apareció Fred sonriente.</div><div class="MsoNoSpacing"> - El problema soy yo. He venido a molestar a Lily un ratillo. Encantado, me llamo Fred, soy el vecino de Lily. – dio dos besos a cada una – Lily, me podías haber dicho que venían tus amigas y me iba, mujer.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¡Pero si no pasa naaaaadaaaa! – gritó Nadia - ¿Se puede quedar, no Lily? Sí, venga, te puedes quedar. </div><div class="MsoNoSpacing">No tenía una persona como amiga, tenía un megáfono hiperactivo. Lo que necesitaba ahora era contarles lo que había pasado, opinar qué debía hacer, no tener toda la tarde a Fred pegado a nosotras. O sólo con él, o sólo con ellas, las dos cosas me parecían incompatibles. Encontré una pequeña salida.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Vale, quédate. ¿Qué tal si coges un bañador de tu casa? Podemos ir a la piscina – comenté. Podía contarles un poco resumido lo que había pasado mientras él iba y volvía.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Fred se largó con su sonrisita perfecta y los ojos marrones brillando de triunfo, y Nadia volvió a activar su hiperactividad.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lily, ¿dónde está el baño? Voy a cambiarme y a ponerme el bikini antes de que venga este bombón. ¿Todos los chicos así viven en las afueras? Me voy a vivir al campo, chica.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Nadia, calla. Ha pasado algo. Os lo tengo que contar. Fred ha venido a comer a mi casa…</div><div class="MsoNoSpacing"> - Anda que no aprovechas tú ni nada al George Clooney del barrio.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Nadia, ¿tú vives a base de cafeína? – comentó Monica. Era increíble como esas dos chicas se podían llevar tan bien. Monica era bastante tranquila, tímida, y prefería escuchar a hablar.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Pero ¿qué os pasa con que me calle? Si soy la que os da alegría, muermos. Me voy a cambiar, ¿el baño? – volvió a preguntar Nadia</div><div class="MsoNoSpacing"> - Por favor, escuchadme. – insistí</div><div class="MsoNoSpacing"> - Lily, luego nos cuentas, prefiero cambiarme ahora que hacer esperar a Fred.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Ah, ¿y a mí puedes hacerme esperar? – dije rindiéndome.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Fred, ya en bañador apareció pronto por la puerta. </div><div class="MsoNoSpacing"> - Voooolví – anunció. Desde luego, él y Nadia ponían la cabeza como un bombo a cualquiera. Claro que en la mía seguía bombeando sangre con fuerza después de pasar tanto tiempo con él. Casi parecía un sueño. – Bueno, ¿y tú cómo te llamas? – preguntó a Monica</div><div class="MsoNoSpacing"> - Soy Monica</div><div class="MsoNoSpacing"> - Vaya, todas las chicas que conozco últimamente son muy monas.</div><div class="MsoNoSpacing">Monica se sonrojó. Que yo supiera, no había tenido nada importante con ningún chico. En realidad, no había tenido absolutamente nada con ningún chico. Pero como decía Fred, era mona. Pero tímida. Estúpido Fred. ¿Tenía que ser perfecto con todo el mundo?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Salimos al patio trasero y colocamos nuestras cosas al lado de la piscina. Nadia y Fred se retaban a tirarse a bomba, Monica se reía a lo lejos metiéndose poco a poco en el agua y yo miraba cabreada desde una esquina con la cabeza medio metida en el agua. Estaba siendo un día realmente raro.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Eh, tú – me chilló Nadia - ¿Vas a seguir con esa pose de cocodrilo de Peter Pan o te vienes a socializarte un rato?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Voooy voooy. No quería que me mojárais. – respondí de mala gana.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Al poco tiempo, el encanto natural de Fred hizo que me sumara a la fiesta. Pasamos la tarde tirándonos unos a otros a la piscina, haciéndonos ahogadillas y bromeando. Incluso Monica habló más de lo normal. En mi interior seguía esa espinita de preocupación por lo pasado con Fred. Tenía que aclarar las cosas con él, ¿qué pretendía? Yo no era una de esas que van de flor en flor. Pero en ese momento, por segunda vez ese día, decidí dejar mi preocupación de lado.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Quizás no había sido tan mala suerte que Fred se hubiera quedado a comer. Es más, estaba bastante agradecida de que lo hubiera hecho.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">A las nueve el padre de Monica pasó a buscarla. Pasarían unos días en el pueblo de sus abuelos. Nadia poco después decidió irse también para coger el bus de las nueve y media, y Fred la acompañó a la parada. Me quedé sola. Fred se había ido y noté la casa demasiado grande para mí. Mi propio cuerpo y mi mente me venían grandes.</div><div class="MsoNoSpacing">A las diez en punto Jen trajo a los gemelos, ya dormidos en el carrito. Les acostó y se fue, después de convencerla de que mis padres estaban a punto de llegar. Pero llegaron las once y media y a mi casa no venía nadie. Los dos comunicaban. Seguía sola, y no había nadie en MSN. ¿Dónde se había metido Nadia? Necesitaba hablar con ella. Por fin, a las doce menos cuarto, se conectó.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] ¿Hola? ¿Me está pasando a mí? dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¡¡¡¡¡LILIAN COLE!!!!!</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Deja el café y la Coca-Cola, por Dios.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] ¿Hola? ¿Me está pasando a mí? dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Si te hubiera pasado lo que a mí también chillarías</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Qué pasa? Oye, yo te tenía que contar una cosa antes y has pasado de mí.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] ¿Hola? ¿Me está pasando a mí? dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Lil, adoro tu urbanización fantasma.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Nai, tranquila. Va, cuéntame, ¿qué ha pasado?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] ¿Hola? ¿Me está pasando a mí? dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Me he enrollado con Fred.</div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-44183187398509849892011-09-07T17:55:00.000+02:002011-09-07T17:55:08.025+02:00Capítulo 1: Fred Blake<div class="MsoNormal"><span style="line-height: 18px;">La noche era estrellada, no había ni una sola nube. Era una preciosa noche de verano, concretamente a principios de julio. </span>Me<span class="Apple-style-span" style="font-size: small;"> desperté sobresaltada y miré a mi alrededor incorporándome, tratando de descubrir donde me encontraba.La poca luz que entraba por la ventana me permitió ver las siluetas del escritorio, las múltiples estanterías y el armario empotrado a mi izquierda. Aquella era mi nueva habitación. Resoplé y me dejé caer en la cama agotada. Llevaba noches sin dormir. Cada vez que lo hacía tenía horribles pesadillas. Figuras oscuras, tenebrosas, se acercaban a mí y me acorralaban, no podía frenarlas y pensaba que iba a morir. Pero de repente aparecía alguien y sin mediar palabra, todos se apartaban y se alejaban de mí para dejarle paso. Se acercaba, y yo podía verle con claridad. Era joven, moreno, y su cara brillaba con la escasa luz al ser muy pálido. Alargaba una mano hacia mí y me susurraba, noche tras noche, lo mismo. </span><span class="Apple-style-span" style="line-height: 18px;">“Ven”.</span></div><div class="MsoNormal"><span style="line-height: 18px;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal"><span style="line-height: 18px;">Me giré y miré por la ventana, pegada a mi cama. Las últimas noches había estado bastante tiempo mirando el barrio a través de esa ventana.Conseguía distraerme mientras esperaba a la próxima pesadilla. Fuera había un solitario parque, y casas exactamente iguales a la mía, blancas o color crema, con grandes jardines y patios, cochazos aparcados a la puerta o escondidos en los garajes, era lo que se podría llamar un barrio de pijos. Supuse que yo también sería una pija. Siempre había vivido en unos pisos antiguos del centro de la ciudad que habían sobrevivido a los rascacielos que se construían alrededor, incluso cuando mi padre nos abandonó cuando yo tenía cuatro años, mi madre y yo nos quedamos allí. Hacía tan solo cuatro, ella empezó a salir con un compañero de trabajo suyo, los dos trabajaban en una inmobiliaria. Hace un año se casaron, y por entonces convivía con dos horribles gemelos de casi dos años fruto de la unión. No podía quejarme de mi padrastro, pero había cogido cierta manía a la figura paterna por todo lo que me contaba mi madre de mi padre, y por algunos recuerdos míos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;">Sin darme cuenta, los párpados se me cayeron y me volví a dormir. Me pareció haber cerrado los ojos hacía escasos segundos, pero la siguiente vez que les abrí la luz inundaba toda la habitación y se oía cierto griterío un piso más abajo, lo que indicaba que la vida en la casa había empezado. Seguramente ya habría llegado Jen, la sobrina de mi padrastro, que venía como niñera de los gemelos para pagarse la universidad. Por mucho que mi madre me insistiera en que sólo ayudaban a Jen a pagarse la universidad, yo sabía que otro de los motivos de que mi nueva prima estuviera en la casa era que no se fiaban de mí, ni creían que pudiera cuidar de los niños yo sola. Y si así hubiera sido, Jen no me habría impedido meterme en cualquier problema, puesto que a sus 19 años era bastante inocentona y fácil de engañar.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;"><br />
</span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;">Me puse los pantalones de la equipación de hacía cuatro años de mi equipo favorito de fútbol y una camiseta gris de tirantes y bajé a la cocina, dispuesta a desayunar mientras Jen se peleaba con mis hermanos.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;">Efectivamente, cuando entré en la cocina Tom y Wendy correteaban uno detrás del otro con las manos pringadas de chocolate, mientras Jen iba detrás intentando limpiarles las manos y quitando el chocolate de todos los muebles que tocaban.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;"> - Hola Jen – saludé divertida al ver la escena – No deberías darles chocolate, se ponen muy nerviosos<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;"> - Hola, Lily – me miró un segundo mientras atrapaba a Tom y le limpiaba las manos y la cara – Es que no se lo he dado yo, lo han cogido mientras iba al baño un momento. No lo entiendo, Natalie me dijo que lo había escondido<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="line-height: 18px;"> - Son demasiado listos – repliqué mientras cogía a Wendy y la sentaba en una silla para limpiarla – Han aprendido donde esconde las cosas mi madre.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Entonces debería cambiar el chocolate de sitio<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - No te confíes guardándolo en un sitio alto, son capaces de subirse a las encimeras o a lo que sea con tal de llegar. Lo mejor es dejar un envoltorio vacío por algún lugar y que crean que se ha acabado.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Son unos enanos muy espabilaos – sentó a Tom en la silla y cogió a Wendy de mis brazos – Parece mentira, tan rubitos y con esos coloretes.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Sí, el lobo con piel de cordero – reí. – Oye Jen, ¿de veras vas a trabajar aquí todo el verano? – intenté no sonar muy deseosa de que se fuera. Al fin y al cabo, quería intimidad, aunque estuvieran los gemelos. - Quiero decir, hace tiempo que has acabado las clases, ¿vas a desperdiciar un verano aquí? A mi madre le han dado vacaciones, dentro de tres días tiene un mes de descanso.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - En realidad no lo considero trabajar, aunque los gemelos sean muy revoltosos me lo paso bien con ellos. Sí, mi tío me lo dijo, pero creo que vendré un par de veces por semana para ayudar y sacarme un dinerillo también. Así ahorro y no voy tan apurada para pagar la uni.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Guay, si quieres te ayudo en algo – propuse, en un intento de sonar aún más amigable.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Bueno, si puedes sacar la basura…ayer no me dio tiempo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Claro, enseguida. – dije. Pensé que me iba a decir “no, tranquila, no hagas nada” pero parece que me había salido mal.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"><br />
</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;">Cogí la bolsa de basura del cubo y salí a los contenedores comunes detrás de las casas, a los que se accedía por la puerta trasera, que en mi casa estaba en la cocina. Apenas había dado dos pasos cuando mi vecino salió cargado también de una bolsa de basura. Tendría mi edad, algo más, y al contrario que yo, vestía de calle. Le había visto alguna vez entrar a casa o cruzarme con él por el barrio, pero poco más. Al fin y al cabo vivía allí desde hacia tres semanas.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Buenos días – saludó.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Buenos días – dije con la cabeza gacha. No quería que nadie me viese demasiado tiempo de esa guisa. Menos mal que me había quitado mi pijama de Bob Esponja.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Seguramente el año que viene ganen por fin la liga. O eso espero – comentó.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - ¿Eh?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> Él se limitó a señalar mi pantalón. Claro, que tonta, era fútbol.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Claro, yo también lo espero. – respondí. No me salía nada más. No esperaba encontrarme con una conversación con mi guapo y joven vecino a esas horas de la mañana sacando la basura. Como él no decía nada más, abrí el cubo de basura y tiré la bolsa. Él todavía seguía con la suya en la mano. Quise irme, pero decidió que era momento de seguir la conversación.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Bueno, ¿y qué te parece el barrio? – dijo enseñando sus perfectos dientes.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Está bastante bien, lo que pasa que yo antes vivía en el centro y no me acostumbro a estar alejada de todo y esas cosas…<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Claro, además esto todavía está un poco solitario. La mayoría de las casas están todavía sin vender. Esperemos que tus padres consigan vender alguna más, y no sentirnos tan apartados de la civilización – comentó riendo.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - ¿Cómo sabes que mis padres venden estas casas? – pregunté, quizás un poco bruscamente.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Bueno, mi padre es su jefe – abrí un poco los ojos sorprendida. Vaya, el hijo del jefe de mis padres – Mi padre me dijo que había vendido la casa al lado de la nuestra a unos trabajadores suyos. Tus padres son Natalie y David Cole, ¿no?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Sí, exacto. – afirmé.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - ¿Y tú eres…?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;">Vale, qué idiota, debería haber dicho también mi nombre.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Lilian Cole. Bueno, solo Lily.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Fred Blake<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Ah, claro, tu padre es el señor Blake – vi que el no decía nada y decidí intentar salir de allí - Em….creo que debería ir a ver como están mis hermanos…mi prima hace de canguro y…se le descontrolan un poco.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Claro, oye, una última cosa, ¿irás al instituto de la zona?<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Oh, no, sigo en el mío de siempre. Me pilla algo lejos, pero quería mantener a mis amigos y esas cosas…<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Lógico. Bueno, nos vemos. Encantado. – volvió a enseñar su maravillosa dentadura.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;"> - Igualmente – dije devolviendo la sonrisa.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;">Entrar en casa no fue mucho más agradable que quedarme allí hablando con Fred. Decidí escaparme de mi prima y mis hermanos y subí a mi habitación. Me conecté a MSN y a Facebook en busca de alguna de mis amigas, necesitaba que me rescataran de ese barrio solitario. Por suerte, encontré a Nadia. Conocía a Nadia desde el colegio, y se podría decir que era mi mejor amiga. Nadia era el patito feo constante. Tan pronto se preocupaba por su aspecto hasta el más mínimo detalle, como pasaba de todo. Y todo dependía de su humor. Aún así, nadie podía negar su perfecto pelo liso y rubio, sus labios perfectos y su piel lisa seguían siendo hechizantes aunque estuviera recién levantada y sin peinar. Abrí una conversación con ella.<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:<o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><span style="line-height: 18px;">Hola, Nai-Nai </span><span style="font-family: Wingdings; line-height: 18px;">J</span><span style="line-height: 18px;"><o:p></o:p></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="line-height: 18px;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Hola Lil-Lil</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Sabes que Lil-Lil no queda bien, pero Nai-Nai llevas siendo desde los 5 años, nena.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Mmm…vale, tienes razón. ¿Qué haces hoy?</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No lo sé. Si quedamos me cojo un bus para allá y damos una vuelta.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Sabes qué? Ni de coña. Monica y yo vamos a verte, que siempre vienes tú</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Nai, aquí no hay nada, está todo pelado, no hay sitios a donde ir ni nada qué hacer.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Que no, no te preocupes. Además, quiero ver tu nuevo caserón de ricachona.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Ay, no digas eso, no soy ninguna ricachona.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¿Cómo que no? Tííííía tu casa es enorme y tienes pisci</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Ah, o sea que a eso vienes…</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">No, lerda, te quiero decir que tienes una señora casa.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Tu casa también tiene pisci</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Sí, pero la mía la tengo vista desde siempre, y mi madre la tiene decorada horrorosa, ya sabes, la tuya es novedad, quiero meter las narices :D</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Muy lista eres tú me parece.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Escucha, a las 4 y media la señorita Bell y yo apareceremos por allí.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Vaaale, escucha, el autobús os deja delante de Lovegood’s Park. Os espero allí.</div><div class="MsoNoSpacing">[Nadia] Veeeeeranito dice:</div><div class="MsoNoSpacing">Hecho. Me voy ya, chata, ¡hasta la tarde! Besazos</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">_Lily_ Devolvedme mi vida dice:</div><div class="MsoNoSpacing">¡Hasta luego, Nai-Nai! Te quieeeero.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Cerré el MSN pues Nadia era la única que tenía conectada y me centré en cotillear las novedades de mis amigos en Facebook. Busqué a Sam, intentando averiguar cuando se había conectado por última vez. La verdad es que necesitaba hablar con él. Sam tenía 17 años, uno más que yo, y al contrario que el 99% de los chicos que conocía, era un buenazo que sabía mirar en el interior de las chicas, no en el interior de su ropa. Nadia decía que era tonto o gay, porque nunca había tenido nada con ninguna chica ni le corría prisa tenerlo al parecer. Pero Sam siempre decía que tenía el nombre de una princesa grabado a fuego en el corazón, y que algún día nos dejaría verlo. Así conseguía dejarnos a todos con la boca abierta con su respuesta y a Nadia protestando y diciendo que eso era una excusa barata para justificar que no sabía ligar.</div><div class="MsoNoSpacing">Cuando mamá y yo vivíamos en el centro y papá se marchó, ella me dejó al cuidado de la madre de Sam, que era nuestra vecina, y yo siempre jugaba con él. Además estábamos en el mismo instituto, pero apenas nos veíamos. Sam iba un curso por delante y tan sólo podíamos saludarnos en los pasillos de vez en cuando. Pero por las tardes íbamos a su casa o a la mía, al parque, a dar una vuelta, y Sam dejaba de ser un conocido en el instituto para volver a ser mi mejor amigo.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">No tenía comentarios nuevos, ni fotos, ni absolutamente nada. No había tenido noticias de él hoy, y eso era raro. Pensé asustada si mi mudanza podía alejarnos y debilitar nuestra amistad.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Me sobresalté cuando el sonido del móvil me sacó de mis pensamientos. Abrí sin ni siquiera mirar el nombre de quién me llamaba, ya lo sabía.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Sí, mamá?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Hola, cariño, por favor, pídele a Jen antes de que se vaya que se quede un ratito más.</div><div class="MsoNoSpacing"> - No venís a comer, ¿no? Como siempre. – resoplé exagerando mi decepción, pero yo ya tenía un plan.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Blake ha pedido a tu padre que se quede también esta tarde, creémos que está comprobando si es apto para un ascenso.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Guay, ¿y tú?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Tengo una reunión. Por favor, cuida a los niños un rato y que Jen os haga la comida, ¿vale?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Claro mamá. Adiós.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Hasta luego, cielo.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Bajé rápidamente por las escaleras de caracol y encontré a Jen y a los gemelos mirando Disney Chanel embobados. Los tres.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Oye Jen – la llamé acercándome al sofá – Me acaba de llamar mi madre, dice que si puedes quedarte cuidando a los niños también hoy por la tarde e ir al parque con ellos a comer y a pasar el día. Pero al de aquí no, el que está a dos manzanas, aquí apenas hay niños. Es que como ayer tampoco salieron se ponen muy nerviosos.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Oh, pues…bueno, vale. ¿Qué les hago de comida?</div><div class="MsoNoSpacing"> - Nada, llévales unos potitos y listo.</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Y tú?</div><div class="MsoNoSpacing"> - No te preocupes, pido una pizza, estaré bien – respondí poniendo la mayor cara de responsable que pude.</div><div class="MsoNoSpacing">- Como quieras, en media hora salgo con los niños.</div><div class="MsoNoSpacing">- Suerte.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Subí de nuevo a mi habitación y me cambié de nuevo. Me puse unos vaqueros cortos descoloridos, una camiseta amarilla de tirantes y unas sandalias blancas.Preparé un bikini rosa y negro y unas cuantas toallas. Sabía que Nadia y Monica vendrían a aprovecharse un poquito de la piscina, y yo todavía no la había estrenado.</div><div class="MsoNoSpacing">Miré mi reflejo en el espejo. Ahí estaba yo. Un par de centímetros por debajo de la altura media, delgada, con el pelo liso y rubio platino hasta la cintura, esta vez recogido en una coleta, y el flequillo recto recogido hacia atrás. Miré mis ojos de búho, grandes, de un verde tan claro que parecía un gato. Mis labios finos dibujaron una mueca. Parecía que estuviera poseída con esos ojos.</div><div class="MsoNoSpacing"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing">Cuarenta minutos más tarde, mi enorme pizza y un repartidor menudo que estaba detrás de ella llamaron al timbre. Pagué y le di las gracias, pero cuando me disponía a volver a entrar en casa alguien había aparecido en mi jardín.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Hola Lily – dijo la voz.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Fred – saludé con la cabeza</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Vas a comerte esa pizza entera tú sola? – preguntó señalando la caja de la pizza.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Tengo un agujero negro en el estómago que se traga todo lo que le echen</div><div class="MsoNoSpacing"> - Bah, sigo sin creerme que te puedas tragar tú sola esa enorme pizza. ¿Qué tal si comemos juntos y me lo enseñas?</div><div class="MsoNoSpacing"> - ¿Qué morro, no? – solté. Tenía que aprender a pensar antes de hablar. Por suerte Fred se lo tomó a broma y se rió.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Entonces, ¿sí o no? – preguntó expectante.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Claro, entra – estaba claro que cualquier excusa para que no entrara habría sonado demasiado falsa - Te mostraré como soy capaz de comerme una pizza grande entera y tendrás que callarte.</div><div class="MsoNoSpacing"> - Perfecto, gracias – dijo sonriendo – En mi casa había pescado, y no me va mucho.</div><div class="MsoNoSpacing">Sonreí con cordialidad y entramos a casa, pizza en mano. Sí, el chico parecía majo, y era guapo, pero cosas así por sorpresa no me hacían ninguna gracia. Y menos gracia me habría hecho si supiera lo que iba a pasar esa tarde. </div>Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com8tag:blogger.com,1999:blog-5622366880087558380.post-25479562247651257382011-09-07T16:44:00.001+02:002020-05-30T01:57:16.589+02:00Presentación¡Hola! Lo primero: Muchísimas gracias por entrar.<br />
Me llamo Sara y he decidido hacer este blog, para contagiar a todos mi locura con mi historia, buena o mala, como tú la juzgues.<br />
Espero que os guste, la historia ha sufrido muchas modificaciones, la escribí, la he reescrito y creo que tengo la historia definitiva.<br />
Como puedes leer debajo del título, vas a leer la historia de Lilian Cole. Aquí tienes un poco más:<br />
<br />
Lilian Cole se muda a una nueva urbanización, donde apenas hay gente y está apartada de todo. Pero pronto ocurre la desgracia y Lily entra en coma por culpa de alguien muy especial. Cuando despierte, su alma ya no estará en el mundo que ella conoce.<br />
El Mundo de las Almas lo llaman. Dividido en dos regiones, Luz y Oscuridad, es el mundo donde van todos los expulsados de sus propios mundos. Pero Lily tendrá una misión muy importante en ese mundo, es la reina de los Blancos, la gente de la región de la Luz. Una guerra por conquistar la otra región, amistades y amores inesperados, y un deseo, volver a casa.Sarahttp://www.blogger.com/profile/07410084219538454142noreply@blogger.com2